Soberano de los Tres Reinos - Volume 1 - SOTR - Capítulo 3
Capítulo 3 – No pueden tomar la pista, Tírenlos brutalmente
La mansión del duque se había vuelto bastante animada con este desarrollo.
El Rey Lu Oriental había llegado en persona acompañado de su séquito. Aunque no había muchos, solo siete u ocho personas, incluía otros duques, así como funcionarios reales. La cosa más sorprendente fue que el rey había llevado con él a su hija enferma, Zhiruo.
Uno tenía que admitir que estos duques y oficiales eran los mejores actuando. Desde el rey hasta los duques, cada uno de ellos llevaba una expresión más trágica que la anterior.
Como si el Jiang Chen acostado en el ataúd fuese un niño de su familia.
Jiang Feng se volvió inexpresivo en cuanto devolvía el saludo a los visitantes, si jugar a las actuaciones era lo que querían, él también jugaría.
Sin embargo, cuando Zhiruo Oriental acercó a la luz sus varitas de incienso, la niña enfermiza dijo en voz baja, “Hermano mayor Jiang Chen, lo siento, fue arrastrado a esta situación porque Zhiruo es una inútil. Pero no se preocupe, Zhiruo se disculpará personalmente con usted si hay otro mundo después de la muerte. Cuando estemos allí usted es libre de pegarme, gritarme, o hacer lo que sea. Mi padre celebró los ritos de oración por mí, por lo que su muerte es culpa de Zhiruo. Espero que los cielos puedan entender y únicamente culpar a Zhiruo, no a mi padre, ni los ciudadanos del reino…”
Aunque la niña habló en ráfagas interrumpidas, incluso mientras le faltaba la cantidad de aire adecuado para hacerlo, sus palabras eran sinceras y graves. Estas palabras causaron que los nobles que estaban actuando se sintieran un poco avergonzados por sus acciones.
Incluso el gordito Xuan se vio muy afectado, pues la odiaba y odiaba a la familia real oriental con una gran pasión.
“Yo digo princesa Zhiruo, el hombre ya está muerto, no tiene sentido decir todo esto. Si realmente se siente culpable, entonces debe casarse con mi hermano Chen cuando este ahí abajo. Él no estaba calificado para ser su consorte cuando estaba vivo, pero muerto… ¡Je! ¡Oh! ¡Sí! … Mi hermano Cheng ama un buen trasero. En términos de cuerpo el….
Nadie podía callar al gordito Xuan, una vez había empezado a hablar. Sus palabras indignaron por completo a Lu Oriental. Maldito gordo, ¿Estás maldiciendo a mi hija a morir lo antes posible?
Mientras tanto, los duques luchaban arduamente para controlar sus expresiones faciales. Estaban temerosos de reírse del bufón que era el Gordo Xuan, y de revelar una sonrisa en el momento inadecuado.
Jiang Chen había estado tumbado cómodamente en el ataúd, cuando escuchó al gordito Xuan empezar a perder el control de la situación. ¿Cómo se podía seguir mintiendo mientras esta cosa sucedía? Se levantó y se sentó mientras fruncía el ceño. “¿Maldito Gordito, no puedes siquiera dejarme morir en paz?”
Con la excepción de su padre, la acción de Jiang Chen congeló a todos por un buen par de segundos.
El Gordito Xuan era el más cercano a él y estaba absolutamente encantado “¿Hermano Jiang, estabas fingiendo ser un cadáver o jugando a morir?
“Pretender mi culo. Jugar al muerto es muy agotador. ¿Por qué no lo intentas?”
La cara de Lu Oriental se paralizó cuando vio a Jiang Chen sentarse de repente. Un seguidor junto a él proclamó de inmediato. “Jiang Chen, ¿Cómo te atreves a pretender estar muerto? Usted ha engañado a su rey y cometido traición. Usted y su clan familiar deben ser ejecutados.”
Un rey nunca estaba corto de estos aduladores.
Jiang Chen era demasiado perezoso para prestarle atención, y poco a poco salió del ataúd. Le dirigió a Lu Oriental una mirada tranquila. “Su Majestad, Jiang Chen tuvo suerte y no murió. Yo simplemente quiero preguntar, ¿Tiene intención de perseguirme una vez más hasta la muerte, o va a perdonar los delitos no intencionales de este sujeto?”
Lu Oriental era el rey de una nación, pero su fuerte corazón dio un vuelco cuando Jiang Chen lo barrió con su mirada. Este joven que había salido de un ataúd tenía una cualidad misteriosa, provocando incluso a Lu Oriental a estar nervioso.
“¡Hum! ¡Yo soy el rey de una nación! ¿Por qué diablos iba yo a dignificar tu insolente pregunta con una respuesta? Debes estar agradecido desde que tuviste la gran suerte de sobrevivir.”
Lu Oriental en realidad quería estrangular a Jiang Chen a muerte, pero la razón le decía que tenía que comportarse de la manera digna de un rey.
Si él hace un movimiento en contra de Jiang Chen ahora, sus subordinados pensarían que no está actuando como un rey debe, por no hablar de que el duque de Jiang han se rebelaría sin lugar a dudas.
“Su Majestad, esta rata repulsiva estaba jugando al muerto para evitar ser ejecutado. Esta traición es digna de una sentencia de muerte. Este duque pide a su majestad juzgar con dureza e impartir justicia.”
Era ese adulador de nuevo.
Sin embargo, el duque de Jiang Han, Jiang Feng, no estaba jugando a lo largo de este tiempo. Se levantó de un salto y grito, “¿Cuál es el significado de esto, duque de Tianshui? Su majestad ha dicho que no va a continuar con el asunto, ¿Qué es exactamente lo que está tratando de lograr aquí con sus saltos de aquí y allá?”
No era exactamente una imagen armoniosa entre los 108 duques del Reino del Este. El duque de Tianshui y Jiang Feng, el duque de Jiang Han, eran notorios rivales.
El duque de Tianshui rió con frialdad, “Jiang Feng, ¿No te parece extraño que tu hijo ha resurgido de entre los muertos? Sospecho que también estuvo involucrado en engañar a su majestad. Yo solicito a su majestad investigar a fondo a padre e hijo del clan Jiang. Si digo la verdad, entonces todo su clan familiar Jiang debe ser ejecutado.”
Jiang Chen dio una risita al ver que su padre estaba a punto de estallar en ira en todo derecho, y barrió sus ojos en una mirada interesada entre Lu Oriental y Zhiruo Oriental.
Luego habló casualmente, “Su Majestad, sería sencillo ejecutar a todo el clan familiar Jiang, pero no sería tan fácil salvar la vida de su alteza ¿Verdad?
La expresión de Lu Oriental se congeló, “¿Que quieres decir con eso Jiang Chen?”
“No mucho, solo que cuando yo estaba siendo golpeado hasta la muerte en el templo hace un momento, me pareció oír una voz divina susurrar junto a mi oído. Transmitiéndome una gran cantidad de palabras que parecían tener algo que ver con la enfermedad de la princesa. He encontrado la voluntad de vivir nuevamente al pensar en la enfermedad de la princesa, por ello arañé en mi camino hacia la vuelta en vida. Si Su majestad piensa que debo morir, por favor, dé la orden para golpearme hasta la muerte una vez más.”
Jiang Chen es un tipo inteligente, sabía que decir con el fin de estimular el apetito de una persona. Lo que acaba de decir llamó la atención, precisamente del punto débil de Lu Oriental.
Como el gobernante de un reino, Lu Oriental era tiránico y paranoico. Pero como padre, Zhiruo Oriental era la luz de sus ojos.
Fue tentado al enterarse de que un ser divino había tomado un interés en la enfermedad de su hija. ¿Para qué fueron los ritos? ¿Para quién más si no su hija?
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