Liberen a la Bruja - Volume 3 - RW – Capítulo 223
Capítulo 223: Premeditación
Durante todos esos días, Theo permaneció dentro de una posada en Ciudad del Rey, esperando ansiosamente la respuesta de la Ciudad Fronteriza.
Una imponente muralla en interior de la Ciudad del Rey causo la creación de dos mundos completamente separados, y la gente era controlada estrictamente al entrar o salir. Sin importar si eran aristócratas o comerciantes ricos, todo el mundo solamente eran capaces de entrar después de pasar por la inspección minuciosa dentro de una pequeña habitación. Una vez que mostraron algún signo de enfermedad, como fiebre, rubor o manchas negras, no se les permitió entrar. En caso de que abandonaran el centro de la ciudad, tendrían que regresar a última hora de la tarde. De lo contrario, al caer el sol, las puertas se encontrarían cerradas y tendrían que pasar la noche afuera.
Pero eso aun no fue capaz de detener la propagación de la peste demoníaca, él logro escuchar rumores de ayer, que había nobles que también se encontraban viviendo en el centro de la ciudad debido a que se infectaron. En caso de que la Iglesia no hubiese liberado finalmente su primer lote de Elixir Sagrado, Theo creyó que los nobles habrían empezado a evacuar la Ciudad del Rey tan pronto como les fuere posible.
Seis días después de enviar la carta, finalmente se le informó por la Cámara de Comercio de Margaret que noticias habían llegado. De manera apresurada, se dirigió a la tienda de sastrería, donde al llegar fue llevado inmediatamente al sótano por el empleado, y allí se reunió con la dueña de la Cámara de Comercio quien había estado esperando durante mucho tiempo.
Al entrar, miro que Margaret se encontraba sentada en una mesa baja, donde se encontraba un pote de agua helada enfrente de ella, que continuamente emitía ráfagas de aire frío. Theo, quien se encontraba sudoroso, se sentó con las piernas cruzadas, sólo para sentir repentinamente una oleada de brisa fría en su rostro, que los hizo inmediatamente levantar su ánimo.
“Su Alteza me pidió que le diera esta carta”, con esas palabras Margaret le entregó un sobre de piel de oveja, mirando de cerca la cera selladora sobre el sobre parecía estar intacta.
Theo estaba impaciente por abrir la carta y ver que mensaje había dentro de él, después de darle una breve leída, indicó un relato del plan de operaciones, así como noticias de que el ejército se encontraba en marcha, al igual que las tareas que él mismo tenía que completar. Después de volver a leerlo cuidadosamente, metió la carta en su bolsillo, miró a Margaret y preguntó: “¿Había algo más que Su Alteza le pidiera que hiciera?”.
“No, solo me pidió que enviara un mensajero para informarle de la llegada de la carta. Por supuesto, ya que fue un envío exprés hay algunos cargos adicionales, yo tenía algo de tiempo libre, así que ya lo escribí en la cuenta.”.
“Keke,” está bien. Theo se aclaró la garganta. “Su Alteza Real quiere que todos los refugiados sean transportados a la Ciudad Fronteriza en el menor tiempo posible, por lo que quiere que usted nos suministre de muchos barcos para que podamos lograr un transporte ininterrumpido, no sólo para esas dos flotas”.
“¿Incluso si ya están infectados?” Margaret preguntó con gran interés, “No creo que él quisiera convertir el Territorio Occidental entero en una zona de muerte, así que … ¿Su Alteza ha encontrado una manera de curar la peste demoníaca?”.
“En efecto” dijo él asintiendo con la cabeza, “de hecho, ya hubo personas infectadas presentes en el primer transporte, en el momento en que los enviamos, la enfermedad no se había mostrado aun, sólo cuando estuvieron cerca de llegar a la Ciudad Fronteriza se descubrió. Pero ahora están en camino de regreso a Ciudad del Rey, con todos los miembros de la tripulación a bordo, sanos y salvos”.
“Su Alteza Real es de hecho un hombre increíble, incluso la Iglesia no fue capaz de encontrar un antídoto con tanta rapidez” Margaret exclamó: “Entonces, ¿en cuántos días tiene la intención de realizar el abordaje para los refugiados? ¿Una semana?”.
Theo estiró tres dedos.
“Eso … ¡es imposible!” Por un momento, la mujer comerciante quedó atónita, pero sacudió la cabeza varias veces después, “Incluso si la mitad de esas personas mueren, todavía habrá más de 5.000 personas. Ser capaz de transportarlos a todos dentro de tres días significa que necesitaré preparar cerca de cien barcos. Incluso si la Cámara de Comercio detiene todo su transporte marítimo, yo apenas si podría cumplir con ese número. Sin embargo, de esa manera las pérdidas que sufriré se encontraran dentro de miles de royals de oro o más. Y las pérdidas que conseguiría al hacer esto son innumerable, incluso si la máquina de vapor llegara a ser gratuita, todavía no sería suficiente. Así que … me temo que tengo que rechazar”.
“Si todas las personas se sentaran en la cubierta, en lugar de acostarse en las camas de las cabinas, el número de individuos que una nave podría transportar se duplicaría” insistió Theo, “Además, siempre y cuando no prestemos atención a su comodidad, el Master Force II que se utiliza para el transporte de mineral también podrá ser utilizado para mover a la gente. Mientras que la tapa de la portilla se abra, un barco puede entonces cargar alrededor de 200 personas al mismo tiempo. Ese tipo de barcos, tu viejo amigo Hogg tendría que tener muchos de ellos, ¿verdad?”.
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