Liberen a la Bruja - Volume 3 - RW - Capítulo 211

Capítulo 211: Industria Ligera

Roland se sentó en la silla de su escritorio, se encontraba leyendo con gran interés el reciente informe del Primer Ejército de su Comandante de los Caballeros.

Comparado con su apariencia meticulosa de hace varios meses, hoy en día, el rostro frío de Carter mostraba a menudo algunas otras emociones, haciéndole parecer mucho menos tranquilo, y en cambio dándole un aura de expectación y entusiasmo.

Probablemente esto tiene algo que ver con la Estrella del Occidente, pensó Roland.

Sobre el evento de las recientes caminatas de Carter y May, Roland también se enteró. Después de todo, como uno de los principales miembro del Primer Ejército, se encontraba representando al Ejército, por lo que cada movimiento era notado de manera natural. Por no hablar de May, la mujer quien caminaba a su lado, era del tipo que atrae la atención de todos los hombres en ella.

Cuando aparecieron por primera vez en las calles de la Ciudad Fronteriza, sus guardias le notificaron las noticias hasta sus oídos.

Con respecto a ese tipo de asuntos, a Roland no le importaba. Carter era aproximadamente de dos a tres años mayor que él. Así que era razonable decir que era extraño que todavía no se encontrara casado. Y si realmente podía encontrar su otra mitad en el Territorio Occidental no era tan malo, siempre y cuando no interfiriera con su trabajo.

Según el informe del Caballero, el primer ejército ya se encontraba equipado con aproximadamente 200 rifles, añadiendo casi una docena nueva cada día, de hecho, si las materias primas son suficientes, la capacidad de producción de Anna podría aumentar varias veces. Pero al mismo tiempo ella también estaba a cargo de la refinación de arrabio en el acero y la fabricación de las máquinas de vapor. Algo que se encontraba ralentizando su tiempo.

Sin embargo, esa velocidad era todavía aceptable. Después de todo, el Primer Ejército sólo tenía 600 personas, de modo que un mes y medio bastaría para reemplazar por completo todas sus armas. Además, antes de la próxima expansión de la población, el tamaño de los militares no podría ser ampliado de todos modos.

Otro punto del informe era respecto al entrenamiento del Segundo Ejército.

Con el fin de tener un entrenamiento conveniente, así como mantener su secreto, Roland necesito tener a la gente reclutada de la Fortaleza Longsong, incorporada en el segundo ejército. En la actualidad, todos ellos se encontraban sometidos a entrenamiento disciplinario, los cuales siguieron el mismo patrón de entrenamiento de los militares. Por la noche recibieron educación ideológica, con el fin de permitir que esas personas pensaran lo antes posible en la protección del Territorio Occidental, implantó en ellos las creencias de que la seguridad de sus seres queridos, tenía que ser por ellos mismos y protegerlos.

En la actualidad, el entrenamiento del Segundo Ejército se encuentra por buen camino; la estimación actual es que pronto deberían estar listos para comenzar con la práctica de tiro, aproximadamente en una semana. Para en ese momento, bastantes armas ya tendrian que haber sido reemplazadas, por lo que es posible que también tengan un fusil de pedernal en su mano.” Carter concluyó.

Esta era la ventaja de las armas, para entrenar a un soldado de arma fría, al menos un año de tiempo era necesario; para enseñar a un caballero, se necesitaba de una formación de cinco o seis años; mientras que los soldados equipados con armas de fuego, podían ser enviados a misiones militares después de sólo tan solo un mes de entrenamiento. Además, cuanto más dura fuera una batalla, mayor ventaja tenían las armas de fuego, después de todo, tirar de un gatillo era mucho más seguro que luchar con una espada.

“Durante la práctica de tiro, los supervisores tendrán que prestar atención al número de armas, cuantas de esa fueron dadas y cuántos de ellas regresadas. Lo mismo será con la pólvora, cuando se distribuya para el entrenamiento, los veteranos del Primer Equipo serán los responsables de su supervisión.”

“Sí.” Asintió.

“Muy bien,” Roland lo despidió con un geste. “Eso es todo; también tienes que estar ocupado.”

“Uh, Su Alteza…” Carter vaciló. “La última vez dijo que el perfume mezclado con el jabón estaba hecho de caña de azúcar, ¿Verdad?”

“Sí.” Dijo el príncipe sentado en su silla. “¿Qué pasa?”

“Esa caña de azúcar, ¿Es cara?”

“No… Son solo algunas cosechas comunes”.