Liberen a la Bruja - Volume 2 - RW – Capítulo 176

Capítulo 176: Una respuesta desde el fondo del corazón

El globo de aire caliente permaneció en el aire durante aproximadamente media hora. Después, descendió gradualmente al piso en el patio del castillo.

Cuando la canasta del globo aterrizó, atrajo la atención de todas las otras brujas, que se encontraban rodeado a Nightingale, esperando una tras otra, y por lo que casi todas las brujas de la Union de las Brujas se reunieron en ese lugar. Scroll quien regresó no hace mucho, del Ayuntamiento, corriendo todo el camino. Cuando llegó después de mirar con preocupación al cielo, como si tuviera miedo de que ese enorme globo cayera encima de ella, inmediatamente pidió que se le informara de la situación.

En el momento en que el Príncipe salió de la canasta, Scroll y Wendy inmediatamente se acercaron, y le dieron una conferencia, aconsejándole nuevamente que no pusiera su propia vida en tanto riesgo. El príncipe, sin embargo, defendió su comportamiento usando la novedad del juguete como una excusa y girando el tema alrededor de ellos. Nightingale, sentía que la situación era realmente graciosa y cuando estuvo en su camino para unirse, de repente sintió cómo su corazón se puso rígido deteniéndose instantáneamente en su lugar.

Viendo la alegría rebosante dentro de los ojos de Anna cuando Roland la ayudó a salir de la cesta, manchándose las mejillas con un ligero rubor. Sus flequillos de color lino estaban sesgados a un lado, con la ayuda de una pequeña horquilla plateada que reflejaba la luz del sol.

Nightingale recordó cómo había pulido un pedazo de plata durante el tiempo en el que estuvo en la fábrica, guiando a un herrero sobre cómo manejar esas máquinas pesadas.

¿Su Alteza hizo personalmente esa horquilla?.

Pronto las otras brujas comenzaron a clamar también, que querían tomar un paseo por el globo, y así el globo volvió a levantarse, esta vez con Anna y Nana de pie a bordo.

Nightingale, sin embargo, se alejó de la multitud, mirando el globo de aire caliente, cada vez más pequeño.

En su mente sólo había un pensamiento, el rostro de Anna, rebosante de una suave sonrisa.

Por lo general, el rostro de Anna siempre mostraría una expresión tranquila e indiferente, rara vez mostraría algún otro tipo de expresión. Durante su viaje hacia la Asociación de Cooperación de Brujas, dentro de esas grandes ciudades Nightingale pudo conocer a muchas personas que mostraron sonrisas similares.

Por lo tanto, ella sabía lo que significaba, estaba claro que Su Alteza Real y Anna no sólo tomaron una mirada del paisaje en el cielo. Gracias a que Maggie y Lightning estuvieron alrededor, les hizo imposible a ellos llevarlo al último paso. Pero mientras la idea surgiera una sola vez, sería difícil para ellos volver a reprimirla de nuevo. De pronto sintió que un pedazo de su corazón se hizo vacío.

A pesar de que pensó que había tomado su decisión hace mucho tiempo. Mirando ver como esa realidad, se convertía en verdad, Nightingale descubrió que estaba mucho menos preparada para ella de lo que había imaginado.

Queriendo estar sola, se dirigió a una esquina y se apoyó contra la pared para sentarse, mirando a todas con una mirada perturbada, mientras su cabeza se encontraba completamente vacía.

Cuando el globo de aire caliente aterrizó una vez más, y Nana salió de la canasta, Leaves inmediatamente aprovechó la oportunidad y subió dentro de la canasta.

Cuando Nightingale regresó en si, descubrió que Roland ya no estaba en el patio, probablemente regresó al castillo, a ocuparse de su trabajo, o quizás esté dando conferencias sobre uno de sus libros. Ella también tenía que volver a la oficina, ella necesitaba permanecer siempre a lado del príncipe, como hizo en el pasado. Pero cuando Nightingale se levantó, descubrió que no podía dar un paso más. Realmente no encontró una manera de cómo tenía que enfrentarse a Roland en ese momento, incluso en el caso de que ella entrara en su propio espacio para que no pudiera verla, ella todavía era consiente, de que viendo ahora su cara llena de felicidad solo la haría sentir demasiado incómoda.

Wendy se acercó después de que el globo de aire caliente se alzara y bajara varias veces, “¿No vas a intentarlo por ti misma? Es una gran experiencia para ver la ciudad desde arriba en el cielo.”

En ese momento, si había alguien más a quien no podía enfrentarse, que fuera aparte de Su Alteza, esa seria Anna. Así que, al escuchar esa sugerencia, Nightingale saltó de pánico y exclamó: “No, realmente tengo que volver a la oficina.”

En cuanto terminó de hablar, entró en su niebla. Pero después de dar dos pasos, de repente se preguntó, ¿Por qué estoy usando mi habilidad en el patio? Girándose, y mirando hacia atrás, pudo observar a tiempo cómo Wendy miraba por todas partes el lugar con una expresión de asombro en su rostro, rechinando los dientes, dio el siguiente paso.

…

Después de la cena, inmediatamente regresó a su dormitorio, mientras miraba hacia arriba, se dejo caer sobre la cama.

Hoy, incluso hasta el final, nunca mostró su figura en la oficina. Las veces en que Su Alteza Real había gritado tentativamente su nombre, ella sólo le había dado dos golpecitos en la espalda con la mano, mostrándole que todavía estaba allí. E incluso cuando Roland colocó los peces salados que solía amar tanto en la parte superior de la mesa, ella no se encontró de humor para comerlos, por lo que no tomo ninguno de ellos.

“¿Qué te está pasando? ¿Qué te pasó hoy?” Wendy regresó al dormitorio y cerró la puerta detrás de ella. “Mientras mire a todas las demás montando el globo de aire caliente, sólo te vi sentada sola en un costado.”

“No es nada.” Dijo Nightingale, alejándose de ella.