Liberen a la Bruja - Volume 15 - RW - Capítulo 1485

“…”

Por eso estaba aturdida. ¿Estaba reflexionando sobre esta cuestión?

Nightingale se tocó el pecho palpitante y retiró la mano de forma bastante irritada antes de dar un golpecito en la frente de Anna. “La próxima vez, busca un lugar seguro para pensar, ¿de acuerdo? Entonces, ¿cuál es tu conclusión? Por favor, explícalo con las palabras más sencillas”.

En ese momento, Phyllis y compañía se habían apresurado a llegar. Al ver que ambos estaban bien, todos dieron un suspiro de alivio.

Anna se sentía un poco insegura mientras se sostenía la frente y susurraba: “Salta”.

Nightingale se sorprendió. Después de asegurarse de que no había oído mal, suspiró. “Me retracto; es mejor que expliques en detalle lo que pasó de principio a fin”.

“Sí…”. Se volvió para mirar en dirección a la Tierra Sin Fondo. “De hecho, no es difícil de explicar. Dado que los Oráculos y el Guardián proceden del Reino de la Mente, es imposible que Lan no conozca la regla de exigir un legado como llave. Independientemente de cuánta verdad o falsedad contengan sus palabras, es bastante improbable que olvide el problema más básico después de poner todo esto en marcha con tanto esfuerzo.

“Eso parece tener sentido”, pensó Nightingale y dijo: “¿Entonces crees que el propio Roland es capaz de abrir la columna de luz que conduce al Celestial?”.

“No, la columna de luz probablemente no nos lleve a donde nos gustaría ir”. Anna negó con la cabeza. “Solo el vencedor de la Batalla de la Voluntad Divina atravesaría ese puente para llegar al otro extremo. Además, no somos vencedores ni tenemos otros fragmentos del legado. Del mismo modo, Lan nunca había mencionado esto desde el principio. Además, recuperar los fragmentos del legado de otras razas para poner fin a la Batalla de la Voluntad Divina es en sí mismo contradictorio. Si es un paso crítico para llevar a cabo el plan, ¿no parecería demasiado ilógico?

“Entonces… ¿adónde iremos?”. Nightingale se dio cuenta de que no podía seguir el hilo de pensamiento de Anna.

“

“La verdad es siempre lo que tú entiendes”

“. Anna repitió las palabras originales de Lan. “Si ella hubiera predicho que Dios le impediría divulgar información crítica, entonces las escenas del astrolabio serían sospechosas. Ahora, pensándolo bien, ¿qué escena te dejó la mayor impresión?”.

“Eh… ¿algo sobre la gravedad?”.

“Eso es. En la segunda escena que vio Roland, el núcleo que forma este mundo debería estar situado en el centro del planeta. Por lo tanto, deberíamos ir hacia abajo en lugar de hacia arriba. La Tierra sin fondo parece inalcanzable, pero no olvides…”. Anna hizo una pausa después de decir eso. “

“La gravedad ya no es la fuerza que más merece reverencia en este mundo”.

“

“¡Espera!”. Phyllis tardó bastante en darse cuenta de lo que Anna quería decir con “saltar hacia abajo”.

“¿Estás segura? ¡Es demasiado arriesgado! Si saltar fuera seguro, debería haber gente que hubiera llegado al fondo. También has visto los murales que dejaron los de la Radiación. Incluso construyeron torres y escaleras, pero por la repetición de las escenas, rápidamente desistieron de intentos similares. ¡Nos dice que no es una solución viable!”.

“Poder bajar y subir son dos cosas completamente diferentes”. Anna negó con la cabeza. “Probablemente esto es lo que el Guardián quiere decir con “la persona que tiene la fuerza”. Para bajar no se necesitan llaves, pero si no somos capaces de activar el puente de luz, puede que nunca podamos volver a la tierra”.

“No hay límite para bajar, mientras que para subir se necesita el puente que conduce al Celestial…”.

“Así es. En cuanto a la pregunta de cómo se accede a la Tierra del Abismo, había pensado en varias posibilidades antes de esto”, continuó. “Y el hecho es que solo hasta que hablé con el Guardián pude confirmar un punto. O tal vez, esta es la única forma de explicar por qué Lan nunca mencionó a un Guardián. ¡Es porque lo que Roland necesita hacer no tiene nada que ver con un Guardián desde el principio!”.

“¿Así que planeas arrojar a Roland por el sumidero?” El Señor del Cielo reveló una mirada de sorpresa.

“No, lo acompañaré” dijo Anna categóricamente”. El retiro será entregado a todos ustedes. No hay necesidad de quedarse aquí. Regresen a la isla flotante lo más rápido posible.

Hubo un instante de silencio. Aunque nadie estaba dispuesto a abandonar a Anna, todos conocían su carácter. Una vez que ella había decidido algo, ni siquiera Su Majestad podía cambiarlo.