Liberen a la Bruja - Volume 14 - RW - Capítulo 1359

“¡Señor Rock!” gritó alguien en un intento de detener la idea.

Rock hizo un gesto con la mano. “Está bien, si no me equivoco, más del 30 % de estos núcleos fueron obtenidos por este Cazador. Si hubiera estado buscando los núcleos en primer lugar, no habría esperado hasta ahora. Honestamente, tengo dificultades para decir si Roland es un Creador, pero es la persona más competente y mejor cualificada capaz de resistir a los Demonios Caídos”. Asintió a su secretaria: “Traed la caja de almacenamiento de núcleos”.

No era ningún secreto que había aparecido un nuevo y extraordinario cazador, que había aliviado la tensión de los marcialistas de la vieja escuela y había aumentado su confianza.

Después de todo, la mayoría de las misiones para matar a los demonios caídos y recuperar sus núcleos requerían la cooperación de muchas partes, ya que los enemigos solo elegían a artistas marciales débiles para luchar contra ellos y pasaban la mayor parte del tiempo escondidos, dejando muy pocas oportunidades para la Asociación.

Pero tras la aparición del nuevo Cazador, los Demonios Caídos murieron como polillas que se lanzan a las llamas. Uno tras otro, los Demonios Caídos murieron en sus manos a un ritmo de caza que ocupaba un lugar destacado incluso en el contexto de la historia de la Asociación.

El breve silencio en la sala fue roto por un hombre de mediana edad. “Me gustaría hacerle una pregunta al Sr. Roland, y podemos dejar a un lado primero la prueba de los Creadores y los Dioses”.

Roland se encogió de hombros con indiferencia.

“Yo estaba presente para presenciar el estado de gravedad de la señorita Fei Yuhan, y fui quien encontró a los médicos de urgencias. Sé que esas lesiones no eran algo que la Fuerza de la Naturaleza o nuestro campo médico actual fueran capaces de tratar. En ese momento, afirmaron que utilizaste instrumentos médicos aparentemente mediocres y de calidad inferior, pero que produciste un resultado tan increíble, como si… como si estuvieras produciendo carne y sangre nuevas. El hombre respiró hondo: “Quizá tenga sus razones y no pueda revelar los orígenes y los métodos de fabricación de los instrumentos, pero tengo que preguntárselo. ¿Está dispuesto a vendérselos a la Asociación? ¡Le prometo que el precio es negociable!”.

“Eso también estaba en mi mente”. Fei Yuhan ladeó repentinamente la cabeza y le susurró a Roland: “Por favor, no me digas que lo que usaste en mí fueron hierbas medicinales de valor incalculable o píldoras espirituales del otro mundo y que los instrumentos eran una fachada. Aunque tengo algunos ahorros, todavía está lejos de la riqueza de una nación”.

Roland sonrió de inmediato; nunca esperó que tales palabras salieran de la boca del genio de las artes marciales. “Tranquilo, es gratis”.

“Uf… eso es genial. Pero no se lo digas. A veces, la gente nunca aprende a apreciar las cosas cuando son gratis”, dijo Fei Yuhan tras suspirar aliviado.

Roland hizo un gesto de “entendido” y se volvió hacia el hombre de mediana edad: “Por supuesto que podemos. Los artistas marciales son la vanguardia en la resistencia a la erosión, así que, naturalmente, espero que todos puedan dejar de lado sus preocupaciones por las lesiones y el dolor para luchar hasta la muerte. Además, nunca planeé ocultar sus orígenes. Esas cosas no son productos de este mundo, sino que vienen de otro mundo. Se alteran usando poder mágico. En otras palabras, no pertenecen a este mundo”.

Esta declaración era, sin duda, información importante.

La sala de conferencias estalló inmediatamente en una conmoción.

“¿Otro… mundo?”.

“¿Qué es el poder mágico?”.

“Espera, mencionó algo sobre un poder mágico confinado que se va a liberar. ¿Podría la Fuerza de la Naturaleza ser un tipo de Poder Mágico?”.

Ante sus preguntas, Roland respondió con calma: “Pronto lo entenderéis. Incluyendo dónde estaba antes de la aparición de este mundo, cuál es la intención de los dioses, el vínculo entre el poder mágico y este mundo… Lo explicaré todo. Pero antes, mostraré la prueba más directa de todo esto”.

Justo cuando terminó su frase, la secretaria del Defensor llevó una gran caja al salón.