Liberen a la Bruja - Volume 1 - RW - Capítulo 6
Capítulo 6: Entrenamiento (Parte I)
En los jardines del castillo, en la parte trasera había una cabaña, rodeada por una valla de madera, con solo dos agujeros para las ventanas.
La casa estaba construida con ladrillos de arcilla y el suelo estaba lleno de loess (una mezcla de arena, limo y arcilla). Había también un estanque en frente de la cabaña con una circunferencia de aproximadamente de tres metros y medio, con el estanque lleno de de agua del río, este ambiente no sólo era difícil de quemar, sino también tenía una cierta plasticidad, parecía haber sido sacado de un sueño. Empacados encima del suelo había varios lingotes de hierro, éstos venían del herrero y fueron colocados allí por Carter.
El estanque era muy encantador, Roland se había interesado de inmediato por este lugar para crear un cobertizo, pero en cuanto al laboratorio, este lugar seguía siendo demasiado simple. Roland sacudió la cabeza, dándose cuenta de que usar algunos materiales aleatorios y hacerlos construir un laboratorio perfecto, no era posible. Si pudiera encontrar un lugar adecuado en el futuro y reuniera todos los recursos, haría que Barov comenzara a crear un taller.
“¿Cómo estás? ¿dormiste bien?” Preguntó a Anna.
Mirando a la desconcertada Anna que emergió, Roland sonrió.
La Bruja parecía como dos personas diferentes justo en este momento, pensó Roland. Después de su limpieza, sus largos cabellos de color rubio cubrían sus hombros como un chal brillante. Aunque su piel no había sido mantenida, su juventud lo compensó y el polvo ligero de las pecas que estaban en el puente de su nariz agregó una vitalidad juvenil a su cara. Su cuerpo todavía era delgado y parecía como si una fuerte brisa pudiera empujarla hacia abajo, sus mejillas tenían una tez de color rojiza (chapeada), las magulladuras y marcas en su cuello se desvanecieron mucho desde ayer. Roland sospechaba que además del fuego el poder mágico de una bruja, también servía para mejorar sus capacidades físicas. Al menos la tasa de recuperación de Anna tenía que ser mucho más rápida que a la de un persona promedio.
(traductor: Este texto estuvo muy cambiado por los gringos, tuve que corregirlo con el original puff.)
“Originalmente, ya pasaste por tantas cosas terribles, debes permitirte descansar unos días, sin embargo, nuestra necesidad en este momento es muy urgente, así que te compensaré más tarde”, dijo Roland antes de decirle a la chica que se diera la vuelta en círculo. “¿Este vestido, encaja bien?”.
Anna ahora llevaba ropa que había seleccionado cuidadosamente de una variedad de estilos, todo con el fin de satisfacer sus gustos (ahem lolicon). La ropa de protección completa que los trabajadores de hierro usaban era demasiado gruesa y no era adecuada para ella, mientras que las túnicas que muchos magos usaban en los juegos parecían ser elegantes y con clase, en la vida real restringían la movilidad del usuario y rápidamente se carbonizaban. En cuanto a los vestidos de sirvienta, Eh, ¡¿Hay ropa mejor que ésta?!.
Incluso si este mundo no tenía trajes modernos de sirvientas no era un gran problema, la ropa de limpieza habitual era lo que las generaciones posteriores ocuparon de prototipo después de todo. Así que Roland tomó directamente un conjunto de ropa de Tyre y la cortó al tamaño de Anna, acortó la falda, cambió las mangas largas a las mangas cortas, hizo que el cuello redondo se doblara y luego cosió en un arco, creando así el nuevo uniforme para las brujas.
Esto fue emparejado con un sombrero de la bruja (modificado para sus requisitos particulares), botas negras (listo), así como la falda por debajo de la rodilla (ordenado). En el pasado, Roland sólo podía ver este tipo de disfraces en una película, pero en este momento, una estaba frente a él.
“Su Alteza, tú… ¿para qué me necesitas?” Anna preguntó.
Anna realmente no podía mantenerse al día con las ideas del gran hombre frente a ella, ella sintió que estaba perdiendo la capacidad de procesar la situación. Al ser arrastrada fuera de la mazmorra con una bolsa sobre la cabeza, creyó que pronto sería liberada de su maldita vida. Pero después de quitarse la bolsa, Anna se encontró sin ver la horca o la guillotina, sino una magnífica habitación. Entonces un grupo de sirvientes inundó la habitación, desnudándole y bañándola. De sus axilas hasta los dedos de los pies, nada quedó sin pulir.
A continuación, era el vestuario, Anna no esperaba que hubiera necesitado todos estos vestidos para servir a alguien. Ella tampoco sabía que la ropa podía ser tan increíblemente cómoda, ajustada sobre su cuerpo, no sentía ni un rastro de fricción.
Finalmente, un anciano de barba blanca había entrado en la habitación, y después de ordenar a todos los demás que salieran, había puesto un contrato delante de ella. En ese momento Anna se dio cuenta, el hombre que había dicho que quería contratarla en la mazmorra era en realidad este Príncipe del Reino. Cuando dijo que quería emplearla, no era una broma. El contrato indicaba claramente que, si trabajaba para El Príncipe, se le pagaría una moneda de Royal de oro por mes.
Por supuesto, Anna sabía lo que significaba un Royal de oro por mes, su padre, que había trabajado en la mina todo el día, había tenido su pago determinado por la cantidad de mineral que era capaz de minar. Cien Royal de plata podían convertirse en un Royal de oro, e incluso esto dependía de la pureza del Royal de plata.
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