Kuranmūnsutā - Volume 4 - KMS Volumen 4 – Capítulo 2

VARIOS MESES DESPUÉS – PARTE 2

…

Todos quedaban mirando a la nueva joven que entró en la escuela, era raro ver a una nueva estudiante entrar por este tiempo, ya que esas personas serían las más raras que los que entraban de manera normal al principio de año.

Pero… era claro que la realidad qué pintaba Shiori no era la que esperaba.

En su mente, imaginaba que ala hora de llegar encontraría a Arata y lo miraría dándole una sorpresa, todos en la escuela sabrían qué Arata tenía una persona más que lo admiraba y adoraba. Ella odiaba por alguna razón las persona que estaban cerca de Arata, él era una persona más misteriosa de lo que todos pensaban, él día del accidente,  fue el día en que se conocieron.

Pero ese día fue el día en que encontró a la persona de sus sueños, si, casi todos los días del año, había soñado con la espalda de un chico que la protegía de un intenso rayo de luz que la quería consumir hasta la cenizas, pero él estaba ahí bloqueandola y cuidandola.

Esa sensación de seguridad, era la misma qué sintió cuando se encontró con Arata ese dia.

Si era él destino él qué quería que estuvieran juntos, ella de manera alegre estaría ahí junto a él, no importa si era la primera o segunda, sabía qué otro hombre no le daría la seguridad que él daba.

Caminando hacia la entrada de edificio principal, en varios rincones un poco lejano donde no llamaban la atención, habían varios jóvenes, entre ellos hombres y mujeres, estaban mirando a Shiori.

En eso, un grupo de los que estaban mirando habló de manera baja hacia su compañera.

“¿Por qué tenemos que cuidarla?”. Habló uno de los jóvenes.

“Son órdenes de Umi-sama, ella es importante para Hiromi-heika, eso lo sabes, ¿No?”. Dijo la joven sin ánimo.

“Lo sé, pero prefiero estar en el clan haciendo mi trabajo normal”. Dijo el joven abatido.

“Eso también lo quiero, pero esto parece que es más importante para ellos, además, la Señorita Shiori no sabe defenderse, por lo que es nuestro deber cuidarla. También, ella tiene unos de los collares del Mandato Infinito de la familia Hiromi, si ella quiere que nos suicidemos tenemos que hacerlo”. Fueron las palabras ella joven.

Al oír esto, él joven se quedó callado y sólo asintió a las palabras de su compañero.

Apesar de tener sólo 16 años de edad, sabían muchas cosas que muchos no sabían, su lealtad era genuina y no falsa, aunque nunca se ha visto un caso en el que un integrante de la familia Hiromi ordenara a alguien a suicidarse, no se podía descartar de que alguien de pensamiento fuerte y cruel naciera y sucediera esto por primera vez.

La familia Hiromi se caracterizaba por su nobleza, lealtad, responsabilidad y muchas cosas más que muchos no tenían. Servir a alguien así, era una bendición en todo los sentidos.

Mirando a Shiori irse, la joven llamó por teléfono y al escuchar qué contestaron ella habló, “La paloma está en territorio seguro, permiso para retirarnos”.

Aunque habían pedido permiso, ellos tenían clase ahora como todo joven normal.

“Vamos al consejo estudiantil”, dijo la joven.

“Kyoto ha estado actuando extraño desde que se recuperó, parece más tranquila de lo habitual”. dijo el joven.

“Kyoto es especial, yo no me pienso que ella sería capaz de odiar a Arata-heika de esa manera, simplemente creo que su mente está en un caos, además, hay alguien de por medio. Kyoto es de las personas que son posesivas, si  sabe que su futuro esposo tendría que estar con más mujeres además de ella, ella no lo aceptaría”.

“¿En serio piensas eso?”.

“No soy la única, todos piensan lo mismo, incluso Arata y Nozomi, pero por alguna razón Nozomi ya no quiere qué Kyoto sea la esposa principal de Arata y Arata… él es una persona que no le gusta obligar a las personas, pero sí Kyoto aceptara lo qué es y lo que le espera y está enamorada de él en verdad, él la aceptaría”.

Al oír esto, él joven no dijo nada y siguió caminando como si no hubiera dicho nada, la verdad era está, todos pensaban lo mismo, incluso, él ya había sacado esta conclusión casi igual.

Pero la verdad, era que nadie sabía cómo se realizaría todas estas cosas en el futuro, nadie sabía la historia de nadie, sólo la persona qué estaría escribiendo esta historia, tal vez, esa persona que dirige nuestro destino sea capaz de ver lo que nos espera a cada uno.

Dándole una mirada a Shiori, los dos caminaron hacia otro lado, así como los otros grupos de jóvenes.

Shiori por otra parte, estaba un poco asustada, las mirada de los jóvenes eran de desdén, los jóvenes que estaban felices, por alguna razón cambiaron su personalidad.

Aunque estaba preparada para esto, sabía qué se había subestimado.

Había tratado de mentalizarse para cuando esto pasara, pensaba que las personas ya habían olvidado ese problema, pero sus pensamientos fueron más felices de lo que imaginaba.

Pero aun así, ella mantuvo un rostro sereno y firme, aunque estaba asustada y estaba qué se escondía, no lo podía hacer, tenía que demostrarle a estas personas qué ella no era fácil de intimidar.

Quería encontrar a unas de las chicas con la que estaba Nozomi él día en él qué hablaron. Ellas le podrían decir donde estaba Arata o Nozomi. Caminando por los pasillos, pasó una hora.

Poco tiempo después sonó el timbre para el cambio de clase.

Aunque tenía ganas de buscar a Arata, su hora de presentarse había llegado.

Pero ahora estaba perdida, su última opción era acercarse a un estudiante o profesor para qué la guiaran. Shiori sabía que la trataran mal, por lo que opto por no preguntar a nadie y valerse por sí misma.

Lo bueno era que estaba en el edificio donde le tocaba su primera clase y la profesora que le tocaba la encontró.

“¿Eres la estudiante nueva?”, preguntó la maestra.

Shiori viendo que la maestra le preguntaba sin un rostro de asco o desdén respondió de manera amable, “Sí maestra, me perdí en los pasillos”.

“Entonces sígueme”.

La maestra guio por los pasillo a Shiori y al poco tiempo llegó al salón de clase. LA maestra de inmediato entró con Shiori, los estudiantes estaban ya en orden para saludar su maestra.

“Tenemos a una nueva estudiante. Puedes presentarte…”. dijo la maestra.