Kuranmūnsutā - Volume 4 - KMS Volumen 4 – Capítulo 1
VARIOS MESES DESPUÉS – PARTE 1
…
Su fin se acercaba y estaba en la vuelta de la esquina.
Eso es lo que pensaba en todo momentos todas las criaturas de este universo.
Las miríadas de estrellas en el asombroso océano infinito. Los mares de estrellas, muchos sin vidas pero la Tierra, los que conocían que habían vida en otros mundos, eran pocos, incluso se podría decir que sólo los clanes más poderoso tenía información respecto a esto. Los otros clanes podrían estar sólo en sus principios y ser neófitos en este tema cómo los demás seres de la raza humana.
EN estos momentos, Nozomi se encontraba con los demás bajando hacia los terrenos mortales, su hogar. Todo lo que había pasado las había dejado con un mal sabor de boca, sabían que no podían hacer nada al respeto.
Por otro lado, estaban más preocupada por Arata que por el universo entero, no podrían hacerlo despertar, no podían ayudarlo, su cuerpo estaba muy débil para su poder. Lo lamentable para ellas, era que su hermano no despertara sino unos meses después.
Mientras ellos bajaban a la Tierra, por otro lado de universo, un planeta estaba de luto.
En los lejanos cielos del universo, un gran planeta, casi el doble de tamaño que el de la tierra, se encontraba orbitando un sol parecido al de nuestro sistema solar.
Lo curioso es que sólo había una porción de tierra.
De un momento a otro, un pilar de luz viajaba a una velocidad impresionante que iba directo hacia este planeta. Los destellos dorados de su luz resplandecía maravillosamente. Para cuando todos querían parpadear por segunda vez, el pilar de luz había llegado en una plataforma en las afueras de un inmenso castillo. El castillo no era para nada parecido al de las eras antigua de nuestro planeta tierra. Este se veía aun más tecnológico, había naves metálicas que iban y venían por los cielos de la ciudad que se encontraba a su alrededor.
Un segundo después, un hombre junto con varias personas más, se reunieron frente a la llegada del pilar de luz.
Un hombre con cabello rubio y trayendo una armadura ligera. Su rostro joven de unos 25 años, tenía una mirada solemne pero a la vez amable. En eso se escuchó su voz, “Reina Nala, es un gusto saber que haz venido a nuestro mundo”.
En eso, la luz fue desapareciendo cuando se oyó la voz de una hermosa mujer. “El hijo de Odin, que bueno que este bien, tú sabio padre tiene muchas esperanza contigo”.
Está mujer era la misma con la que Arata había hablado tiempo atrás, está era la Reina de los Sacha.
“Padre estará feliz en donde se encuentre si sabe que viniste a visitarlo”. Dijo el hijo de Odín con una voz triste.
“Vamos Thor, quiero ver la tumba de tu padre”. Dijo al final.
Así es, Odín había muerto.
El tiempo pasó, y Nala junto con Thor estaba en el balcón de una sala de estar mirando el paisaje del atardecer del momento. Los dos estaban en silencio desde el inicio, pero no era un silencio incómodo, más bien un silencio en el que uno podía estar y sentir paz consigo mismo.
“¿Sabes cómo está Arata?”. Preguntó de la nada Thor, que estaba en medio de sus pensamientos.
“Antes de venir aquí, le di un vistazo para ver cómo estaba. Sólo me sorprendí un poco al verlos salir de los Dominios Divino de Amaterasu, y también me di cuenta del estado de Arata en ese momento”. Dijo Nala si esconder nada.
Oyendo lo que dijo Nala, Thor se puso serio y preguntó, “¿Sucedió algo entre Amaterasu y Arata?”.
“No, al contrario, estaban en el mismo bando. Sólo fueron esos seres”. Respondió Nala, pero siguió hablando, “Hable con AMaterasu un tiempo corto, para saber qué había sucedido. Los mismo seres que están causando caos en el universo, llegaron a llevarse las almas de los seres que estaban en los tesoros de Amaterasu. Ni ella sabía que habían almas ahí dentro”. se detuvo nala.
“¿Entonces qué pasó con Arata?”. Preguntó Thor.
“Tú amigo Arata, no soporto que hayan secuestrado a su hermana y concubina y fue tras ellos, con una derrota contundente”. Dijo Nala, “En pocas palabra, su cuerpo casi no soporta la carga de su poder y casi muere. Pasará un tiempo para que vuelva a despertarse”.
“Su estado parece que se complica más, para los Sanadores de mi mundo, pronostican que no puede utilizar sus poderes tres veces o no podrá sobrevivir.” Dijo Nala.
“Eso es seguro, Padre no ayudó a la familia Hiromi cuando lo necesitaban, y sólo podemos ayudarle dándole las Píldoras para mantener el estado de Arata”. Dijo Thor con un poco de lastima.
Nala dejando de mirar el paisaje se dirigió hacia unos de los muebles y miró fijamente a Thor.
“El contrato que tenemos con los dioses de la tierra es el de no intervención”, comenzó hablar Thor, “Somos prácticamente dioses a los ojos de los humanos de la tierra, pero no lo somos. *Haaa*. Sólo hemos visitado los Dominios Divinos unas cuantas veces que se pueden contar con los dedos de la mano”. Termino de hablar Thor.
“Tienes razón, pero aun así no hubieran podido hacer nada en ese momento”. Dijo Nala. “Sabes muy bien lo fuerte que son, incluso para mi es imposible derrotarlos a ellos”.
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