Kuranmūnsutā - Volume 3 - KMS Volumen 3 – Capítulo 2

CAPÍTULO 2: ES HORA DE CUMPLIR EL ACUERDO

[Jikan] [Mugen no mahō] [Kako no bijon]

(Tiempo) (Magia Infinita) (Visión del Pasado)

Este… este era el poder que iba a utilizar Arata.

Arata miro y reflexiono a las suplicas de su subordinados y de su hermana, lo había pensado mejor y ya no iba a arriesgar su vida.

El poder mencionado era parecido al poder de ralentización de tiempo echa por Kazue.

El reloj aparecía, pero este tenía dos agujas más, mencionando Visión del Pasado, activa la aguja del pasado y puede ver en forma espectral y con forma de humo un determinado tiempo del pasado.

Arata tampoco había analizado que también había pasado demasiado tiempo para activar el poder, aunque él lo podía hacer, su cuerpo no lo soportaría y no sabía que consecuencias traería, fue algo prudente que no había pensado.

Este poder era peligroso, así como toda la magia del infinito que existía, era perjudicial para su cuerpo.

Umi Kazue podía ralentizar unos cuantos minutos. Si fuera Arata con todo su poder, el podría ser capaz de ralentizar por casi una hora o más. Así era la capacidad que tenia Arata a la hora de activar algunos de sus poderes si estuviera a su tope.

Pero ahora… su cuerpo era completamente incapaz de realizar estos poderes con todo su esplendor, era impotente ahora mismo para usar esos poderes a su completo estupor.

Arata después de un tiempo de silencio, se volteo y miro a todos, vio como cada uno de ellos todavía estaban inclinados ante él esperando la respuesta.

Pero…

Se sorprendió y quedo sin habla al ver como su hermana se había inclinado también, aunque era desde la cintura, Arata se sintió de algún modo culpable por esto.

Era la primera vez que su hermana se inclinaba hacia él, siendo princesa y su hermana, este acto en si era innecesario en todo los sentidos, era algo completamente necesario hacerla si la persona no reflexionaba a los concejos de un familiar y la única forma de hacerlo reflexionar era como un súbdito más.

Nozomi lo sabía, estaba poniendo a un lado su posición como familiar y actuando como otra persona más al cual sirve a su rey, sabía que de este modo su hermano se sentiría culpable y reflexionaría mejor a esta situación.

—Nozomi, no tienes necesidad…

—¡Si hay la necesidad!—interrumpió abruptamente a su hermano y hablo—. Arata-heika, si mis consejos como tu hermana no funciona, si es de esta manera quiero que reflexione. Si no es suficiente esto entonces…

A medio terminar ella sin alzar su vista, su rostro estaba en lágrimas, se iba a postrar en sus rodillas, era el último recurso, si lo anterior no funciono, entonces esto es lo ultimo que Nozomi podía hacer.

Pero… ¿Esto era algo que Arata dejaría hacer a su hermana?

Claro que no.

El de inmediato avanzó hacia su hermana gemela que estaba a medio de una postración, y la agarro entre sus brazos.

—Esta bien, no voy hacer nada peligroso.

Dijo eso en voz alta. Palabras que escucho Nozomi y se acurrucó en su pecho de inmediato y aguantando sus ganas de llorar la cual no pudo hacerlo a tiempo porque ya hace tiempo que sus lagrimas estaban fluyendo sin control.

Arata abrazando a su hermana, levantó la vista y miro a los que estaban de rodillas y les hablo.

—Pueden levantarse. Gracias a todos, me han hecho reflexionar sobre algo que pensé hacer de manera irresponsable. Gracias a ustedes recapacite. Estoy orgulloso, no, nuestra familia está orgullosa de tenerlos como miembros del clan.

Todos se estaban poniendo de pie, y levantaron su vista para ver a Arata quien estaba abrazando a su hermana.

—Para nosotros es un honor servirle. Como sus súbditos, no podemos dejar que nuestro rey tome decisiones indebida, por favor, cuide de su salud.

La que hablo por todos fue la líder, Kyara. Todos asintieron a su palabras y Arata también asintió diciendo.

—Lo haré, sigan trabajando, vendré dentro de una hora para gestionar las cosas del sur de África, ¿entendido?

—¡Como ordene!—respondieron todos.

—Bien, vuelvo pronto.

Así Arata se fue con Nozomi llorando en sus brazos y consolándola.

Luego de caminar por unos momentos, Nozomi no era capaz de levantar su vista al frente y mirar a su hermano, era la segunda vez que se había puesto así.

Arata paso por la cocina y la sala de estar, no había nadie en ese momento, todas las chicas estaban dando unas clases especiales y otras estaban practicando su lucha y poderes.

El tiempo paso y Arata entró con su hermana en la habitación de Nozomi. El cuarto que no tenía ningún lujo, solo unos cuantos peluches, era la típica habitación de una adolescente japonesa. El cuarto estaba bien arreglado por el esfuerzo y dedicación que le daban las maid de la familia Hiromi.

—Ya hemos llegado a la habitación, Nozomi.

El llamada de Arata cuando entraron a la habitación provocó que Nozomi se separara de el y limpiándose el rostro de lágrimas con cuidado sin levantar la vista, estaba tratando de no mostrarle un lado feo a su hermano.

—Lo siento, fui egoísta por no pensar en tí y en los demás.

Las disculpas de Arata eran forzadas, sin tener sentimiento o sentir culpa por lo que había hecho, estas disculpas no eran del corazón. Arata solo pudo forzarlo salir y sentirse impotente de alguna manera. Esto era lo único que podía hacer en estos momentos, el tampoco tenia la cara de ver a su hermana en estos momentos, pero tenía que enfrentarla.

—Ya termina esta mitad de año, falta casi un mes para entrar en vacaciones—dijo Nozomi mientras levantaba su rostro y mostraba una sonrisa cálida—. Quiero pasar tiempos juntos como familia y los demás.

Arata la miro y sintió algo cálido en su corazón. Ese rubor rojo de sus mejillas que contrastaba con su pelo y ojos negros y esa piel un poco pálida. Su sonrisa inocente y que decía que todo iba a estar bien, el rostro de esta chica que mostraba esa sonrisa cálida y que decía también que era mejor cambiar de tema.

Arata cerró los ojos y la miro, luego le mostró una pequeña sonrisa y le acaricio su pelo corto negro dejándola un poco despeinada.