Historias de Dioses y Demonios - Volume 6 - TDG - Capítulo 507

“Lu Piao lo ha hechizado…” murmuró Nie Li, con el rostro ensombrecido y un sudor frío corriéndole por la espalda. Ver a la encantadora demonio le provocó un escalofrío.

“¡Guau!” exclamaron varios discípulos del Salón Espiritual del Fuego, con los ojos iluminados al verla.

Su belleza era innegable: rasgos impactantes, cintura serpenteante y una figura voluptuosa con curvas perfectas. Era la personificación misma de una seductora demonio.

“Hermano, ¿es tu demonio?”, preguntó un discípulo, adelantándose con la mirada fija en su seductora figura. La baba le goteaba de la comisura de los labios mientras sus ojos se negaban a apartar la mirada.

Nie Li se quedó completamente sin palabras.

Según los recuerdos del Ancestro Serpiente Carmesí, este sí había tomado esposas y concubinas. Por eso Nie Li evitaba cuidadosamente la morada del ancestro. Sin embargo, contra todo pronóstico, se topó con una en plena calle.

¡Jajaja! ¡No solo posees un gran conocimiento, sino que parece que el amor también te ha sonreído!” dijo un discípulo con una carcajada, golpeándose el pecho. En voz alta, declaró:” ¡De ahora en adelante eres mi hermano! ¡Ven a buscarme si alguna vez te encuentras con problemas en el Salón Espiritual del Fuego!

Los demás discípulos asintieron con entusiasmo, golpeándose el pecho en señal de aprobación. Nadie esperaba que un discípulo externo trajera a una demonio tan imponente. Para ellos, era prácticamente un desperdicio, y de inmediato decidieron hacerse amigos de él.

Con expresión sombría, Nie Li murmuró algunas respuestas educadas antes de abandonar el mercado, con la demonio aferrada a su brazo. No se atrevió a quedarse; ¿quién sabía el caos que podría desatar si se quedaba?

Mientras caminaban, la demonio se apretó contra él, su suave cuerpo se acurrucó contra su costado. El calor de su tacto le erizó el cuero cabelludo a Nie Li, poniéndole la piel de gallina al instante.

“Querido, te extrañé mucho mientras no estabas. Regresemos rápido y pongámonos manos a la obra”, le susurró al oído con un aliento fragante y cálido.

Su voz rezumaba seducción, su mirada llena de lujuria desenfrenada, como si quisiera devorarlo por completo. Le recorrió el pecho con suavidad, provocándole una sacudida que lo hizo saltar varios metros.

Nie Li aún no se acostumbraba a la franqueza del clan demoníaco. Que una mujer pudiera ser tan indiscreta a plena luz del día lo dejaba completamente desconcertado.

“Cariño, ¿qué pasa?” preguntó la demonio, bajando la cabeza tímidamente y jugueteando con los dedos”. Antes estabas encima de mí cada vez que volvías. ¿Por qué estás tan distante ahora? ¿O… tienes a alguien más?

La cabeza de Nie Li comenzó a doler después de escuchar lo que dijo la mujer.

Si hubiera sido cualquier otro demonio, Nie Li ya lo habría matado a golpes. Pero ante una mujer tan delicada, no sabía qué hacer.

Puso los ojos en blanco y buscó apresuradamente una solución. “Claro que no. Acabo de recordar algo urgente. Regresa primero a la cueva”.

“¿Qué podría ser más importante que lo que se supone que debemos hacer?”, dijo ella con un puchero, acercándose para abrazarlo. “Además, siempre eres rápido; no tardarás mucho.”

Presa del pánico, Nie Li liberó una explosión de energía demoníaca, provocando que la demonio se tambaleara hacia atrás.

En lugar de ira, sus ojos se iluminaron de sorpresa. “Cariño, ¿has logrado un gran avance?”

“¡Así es!”, dijo Nie Li apresuradamente. “Acabo de regresar a la secta tras abrirme paso y aún no he informado. Adelante, te buscaré cuando termine.”

Antes de que pudiera decir más, Nie Li se giró y se disparó hacia el cielo como una flecha, huyendo tan rápido como pudo.

La demonio vio su figura desvanecerse entre las nubes, con una voz soñadora y llena de alegría. “No esperaba que mi querido se abriera paso. Debe ser aún más fuerte ahora… Mejor me preparo para que disfrute como es debido”.

Ella voló de regreso a su cueva, tarareando alegremente.

En lo alto del cielo, Nie Li se secó el sudor frío de la frente. Había estado demasiado cerca, y casi había perdido la compostura por completo. Si se hubiera enredado con esa demonio, Lu Piao no le habría dejado de contar lo que pasó.

¡Jajaja! Nie Li, esa demonio, tenía una figura impresionante. ¿Por qué no la disfrutaste?” La voz burlona de Yu Yan resonó al aparecer a su lado.

“No te preocupes, no se lo diré a Ziyun ni a los demás…”, añadió con una risita. Luego se inclinó y le susurró al oído: “Sabes, las demonios pueden encoger y expandir sus cuerpos a su antojo”.

Llevaba una túnica de gasa translúcida. Aunque había encogido, su figura estaba más llena que nunca; sus piernas largas y esbeltas llamaron la atención de Nie Li.

A Nie Li casi le sangra la nariz. Forzó una sonrisa tímida. “Yu Yan, ya basta.”

Al verlo tan nervioso que parecía a punto de cavar un hoyo y esconderse, Yu Yan rió alegremente. “Bueno, bueno, me detengo. ¿Vamos al Estanque de la Llama Divina ahora?”

La expresión de Nie Li se tornó solemne. “Sí. Se rumorea que el Estanque de la Llama Divina contiene un poder inmenso. En su vida pasada, Li Huo recibió su herencia y la usó para ascender al Reino Ancestral Marcial, convirtiéndose en el maestro de la Secta del Dios Demonio. Ahora que hemos encontrado esta oportunidad, debemos detenerlo.”

“¿Pero no está ya abierta la piscina?”, preguntó Yu Yan frunciendo el ceño.