Guerrero Sangre de Dragón - Volume 7 - DBW – Vol 7 Capítulo 1-2

Volumen 7 Capítulo 1

Tentando a la Señora y la Dama a la Fornicación

Parte 2

Sheila frunció el ceño, adoptando una expresión de enojo, pero podía sentir que Aiwa solo empujaba la mitad de la profundidad cada vez. Él no golpeó contra su capullo de flor y esto la hizo incapaz de sentir la agradable sensación del glande moliendo su yema.

–No tengas prisa, lentamente iré más profundo….

La próxima vez que Aiwa se lanzó hacia ella, su vara de carne se hundió como un taladro.

–Oooohhh… finalmente… ahhh… se siente bien….

Ella arqueó su cintura hacia arriba de inmediato. Aiwa no solo había golpeado con fuerza contra su capullo de flores, sino que también lo había aplastado; esa sensación de entumecimiento la hizo gemir en voz alta.

Sheila movió su cintura ligeramente como para evitar su lanza de carne, y de nuevo aparentemente atendiendo a las embestidas de Aiwa. El intenso placer provocó que otra oleada de fluidos se hinchara de su vagina, convirtiéndola en una marisma húmeda.

Aiwa golpeó su estambre suave con un ritmo y Sheila lo siguió, apretándose contra él en consecuencia. Ambos parecían haber llegado a un entendimiento, Aiwa ralentizaría el ritmo cada vez que Sheila estaba a punto de alcanzar el orgasmo para poder experimentarlo por una mayor duración.

Hizo que se corriera en pequeñas cantidades entre pequeños intervalos, asegurándose de que ambos alcanzaran un orgasmo al mismo tiempo.

Después de que Aiwa había entrado en la habitación de su segunda madre, Plum pensó: “¿la razón por la que lo había llamado allí era para hacer lo que habían hecho hace un tiempo?”

Plum no entendía mucho los asuntos de los adultos, pero sin embargo pudo darse cuenta de que su segunda madre estaba insatisfecha con su padre en ese aspecto. Una vez que Sheila había experimentado la magia de Aiwa, ¿estaría lista para dejarlo ir?

No pudo soportarlo más y al instante salió corriendo de su habitación hacia el patio de Sheila.

La puerta del patio ya estaba cerrada en este momento. Después de abrirla, encontró a una criada de pie en la entrada de la habitación, haciendo bordados. Ella obstruyó el camino de Plum.

–¡La señora está siendo inspeccionada por el médico que está adentro, a Milady no se le permite entrar!

La doncella bloqueó el camino de Plum con ambas manos extendidas, sin dejarla entrar.

–¡Apartese del camino!

Plum podía escuchar los gemidos de Sheila desde afuera. Apartó a la doncella y entró corriendo.

Dentro de la habitación, Sheila yacía en la cama con las piernas separadas, levantadas hacia arriba alrededor del cuerpo de Aiwa. Élestaba sobre su cuerpo, amasando sus pechos nevados mientras la follaba.

–¡Sheila! ¡Eres realmente desvergonzada!

Plum se sorprendió en la escena frente a ella. Ella nunca había esperado que Sheila, una mujer ya casada, inesperadamente seduciría a otro hombre. Además, al ver sus piernas aletear lascivamente mientras Aiwa la follaba, ella, la hija, se sintió realmente avergonzada.

Para Plum, avergonzar a su padre era equivalente a avergonzarla.

Se giró para salir de la habitación con furia, volviendo a su patio.

Aunque Sheila había sido descubierta por Plum, su quim ya parecía contraerse, todos sus nervios se sentían tensos cuando sintió una gran energía a punto de brotar de allí.

–Ahhh… Más rápido….

No podía preocuparse por Plum en este momento, solo deseaba que Aiwa fuera más profundo, más rápido, para follarla hasta que alcanzara el cenit de la felicidad. Aiwa comenzó a lanzar embestidas profundas y poderosas de repente, sin importar cuánto intentara sujetar su miembro, no pudo detenerlo y causar las convulsiones en su quim. Un fluido tibio fluyó al instante hacia afuera.

Ese líquido envolvió la extensión de carne de Aiwa. Él absorbió la energía que Sheila había acumulado durante mucho tiempo. Solo que esta energía no se puede comparar con la de Plum, por no hablar de Lisa.

Aiwa comenzó a empujar locamente con la ayuda de los fluidos suaves.

–Aaahhh… me matarás… deja de empujar….

Sheila gritó. Su grito loco hizo que la criada fuera completamente mojada. Si no fuera por su identidad como doncella, ella habría follado una ronda con Aiwa.

Secreciones sexuales salieron de su olla de miel junto con sus gritos cuando Aiwa hizo una ráfaga de embestidas feroces.

La abrazó con fuerza, rociando ese semen en su capullo con fuerza.

–Ooohhh….

Sheila finalmente pudo tomar aliento.

Mientras disfrutaba de este placer, comenzó a preocuparse. Plum seguramente le diría el asunto de hoy a su padre, eso la condenaría.

Sin esperar a experimentar el placer por completo, Sheila se alejó del cuerpo de Aiwa, declarando: –Esto realmente no sirve, iré a buscar a Plum.

Se puso sus ropas frenéticamente y corrió hacia el patio de Plum.

Plum yacía en su cama con ira. Sheila inmediatamente caminó allí y se sentó a su lado, tratando de calmarla: –Plum, lo que viste hace un momento… En realidad, fue Aiwa curando mi enfermedad, ¿no dejaste que te tratara? ¿Qué crees que haría tu padre si supiera esto?

En este momento, Aiwa también entró. Mirándolo, ella se alejó enojada, creyó que la decepcionó.

–Solo estaba ayudando a Madame Sheila, eso es todo. Además, Plum, tu enfermedad no se ha curado por completo, todavía queda un paso final, de lo contrario, tendría graves consecuencias más adelante.

Las palabras de Aiwa la pusieron sobria. Solo era un médico que pasaba, ¿por qué estaba tan obsesionada con poseerlo? Justo ahora, ella solo lo había visto ayudar a tratar la enfermedad de Sheila, eso es todo.

Para cubrirse y evitar que ella revelara algo, Aiwa planeaba tener un trío con ellas. Esto evitaría que ella revelara el asunto de Sheila y Aiwa teniendo una aventura a su padre.

–¿Cuál es el último paso?

Plum sintió que su cuerpo ya estaba bien, ¿cómo podría necesitar más tratamiento?

–Todavía tengo que expulsar la frigidez remanente de tu cuerpo. No tendré tiempo para ayudarla ya que me iré pronto para un viaje. ¡Puedes aceptar el tratamiento al colocarse encima de esta cama! Eso me ahorraría algo de tiempo.

Aiwa miró hacia la pareja de bellezas, expresando sus intenciones.

Sheila y Plum se miraron, Sheila tomó la decisión: –Plum, ya no somos forasteras. ¡Puedes acostarte en la cama aquí! No debes retrasar el trabajo del Sr. Aiwa.

Ella había adivinado la verdadera razón por la cual Aiwa había propuesto tal arreglo y se apresuró a hacer coincidir sus palabras para persuadir a Plum.

–¡Eso está bien!

Aunque un poco tímida, Plum estuvo de acuerdo. Lo que la sorprendió fue que Aiwa primero le pidio que se desnudara y se tumbara en la cama y luego se lo pidió a Sheila también.