Guerrero Sangre de Dragón - Volume 2 - DBW - Vol 2 Capítulo 2
Volumen 2 Capítulo 2
La trampa de la reina
Aiwa acariciaba las mejillas de la reina Sofía, sus ojos se fijaban de vez en cuando sobre el tierno escote y la hendidura de sus abultados pechos, su aliento seguía el movimiento ascendente y descendente de esos elegantes picos.
Esos senos atractivos y seductores traían ondas dentro de su corazón, haciendo que su sangre hirviera, pero aun así hizo un gran esfuerzo para contenerse, en realidad su aliento precipitado ya había expuesto su humor desigual.
La reina no estaba en absoluto interesada en el entusiasmo de un joven de 17 años; Incluso giró su cuerpo, dejando que su cabeza se pegara directamente al pecho de Aiwa, con sus erguidos y suaves senos presionándose contra él.
Aiwa se sintió atraído por los seductores senos de la reina, su mano se movió a lo largo de sus brazos, durante el masaje, rosándole accidentalmente los pechos, pero eso solo ocurrió en un momento de fractura, él no se atrevería a acariciar los senos de la reina tan abiertamente y sin su aprobación; ¿Quién se atrevería a ser tan grosero con ella? Ese claramente seria un llamado a ser castigado.
A la reina no le importó en absoluto el toque accidental de Aiwa; Simplemente cerró los ojos disfrutando del masaje que este le daba.
Aiwa hizo su trabajo masajeando el delicado cuerpo de la Reina durante una hora; ya sentía las manos entumecidas debido al agotamiento, cuando la Reina le hizo detenerse. Al salir del salón de la Reina, con bastante dificultad Aiwa apretó un poco las piernas y se fue. Estaba ansioso de que la tienda en aumento causada por su pene no fuera vista por Jancy.
De pie frente a la puerta, el estado de ánimo de Aiwa no se asentó, había visto a muchas mujeres e incluso abusado de una mujer hermosa como Ruth, sin embargo la Reina no era una mujer común, aunque babeaba de deseo por la Reina, no se atrevía a tomar esas ventajas con ella. Eso era algo muy doloroso para un hombre.
Un cuarto de hora más tarde, los dos habían terminado con su trabajo, el otro turno de limpieza de palacio los reemplazó. Aprovechando la situación, Aiwa rápidamente siguió a Seegle hasta su habitación. Tan pronto como entró, la tomo con rapidez de la fina cintura presionando su erección contra el vientre de la chica.
No había necesidad de palabras, Seegle también estaba impaciente, unieron sus bocas con intensidad y desespero.
Aiwa besó sus fragantes labios, amasando y pellizcando sus pequeños pero elegantes senos. Seegle nunca antes había experimentado el ser tocada por un hombre, no sabía mucho de eso, su cuerpo rápidamente se debilitó debido a las acciones de Aiwa.
Ambos fueron llevados ante la reina, según las reglas del palacio: los que hacían cosas promiscuas dentro de este serian castigados severamente. Aiwa solo podía pensar en que ellos únicamente se habían abrazado y besado.
Pensó que él solamente había abrazado y besado a Seegle pero de igual manera tendría que aceptar ese castigo, Sin embargo lo que no sabía era el castigo que le era dado a aquellos que eran atrapados en medio de una conducta adúltera dentro del palacio imperial.
El rostro de la reina era inexpresivo, pero Aiwa pensó que ella posiblemente aceptaría su excusa del despertar del primer amor, el sabia que debía dar la cara por el bien de su padre. Por lo tanto, cuando se paró frente a la Reina, no estaba nervioso, sino que pensó que se saltaría las reglas para darle un trato especial y así hacerlo sentir culpable.
Seegle levantó la cabeza hacia la reina y Jancy hizo una expresión de perplejidad.
Seegle era de nacimiento común y también había entrado recientemente en el palacio imperial, sólo había oído que no se podía actuar imprudentemente dentro de este, pero ella no sabía sobre ese castigo ni tampoco la gravedad de el. Pero oír la palabra “castigo” la hacía temblar, asumiendo que tenía que ser algo muy feroz.
Aiwa y Seegle se miraron el uno al otro. <<Si es un arresto en la habitación durante un mes, entonces podría morir de aburrimiento, en cambio aceptar el castigo del gato por un cuarto de hora, aunque suene difícil ¿no mataría a nadie, o si?>> Aunque Aiwa era joven, entendía algunos asuntos mundanos, por el bien de la cara de su padre; era poco probable que las reina los matara.
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