Espada Sagrada de la Luz Absoluta - Volume 1 - ESLA - Capitulo 14

Capitulo 14: Ning Xia
Poco a poco el semblante de Yun Lao volvió a la normalidad. Mientras tanto la hermosa chica seguía mirando a Yun Lao, pero en sus ojos no había indiferencia ni nada, si no un frio absoluto que seria capaz de congelar los huesos de alguien, acerco lentamente sus delicados labios a los oídos de Yun Lao, como una simple oración fue pronunciada llevando una incontrolable sed de sangre “ cumpliré lo que prometí”
Después de que pasara el tiempo suficiente para que se consumiera totalmente una barrita de incienso, Yun Lao abrió los ojos poco a poco, al mismo tiempo todo su cuerpo fue invadido por una fuerte sensación de frio, pero lentamente desapareció. Tambaleándose un poco logro ponerse de pie, pero se dio cuenta de que no podía encontrar a la Espada Sagrada de la Luz Absoluta en ningún lado, entrando en pánico empezó a buscar en los alrededores, pero no podía hallarla en ningún lado, y tampoco la sentía como que había vuelto a la marca en su espalda.

Fue solo recién en este momento que Yun Lao levanto la vista y observo que en el cielo de la cueva había un joven con cabellos dorados, estaba con los ojos cerrados en una posición de meditación, pero solo esta imagen fue suficiente para robar el corazón de Yun Lao, todo su cuerpo tembló violentamente y sus ojos se abrieron como dos grandes platos, casi parecía como que saldrían de él. Esa chica era simplemente demasiado hermosa, a un grado que Yun Lao jamás había visto en toda su vida. Casi sentía que no era digno de mirarla directamente pero era como si su figura tuviera un hechizo de atracción que le evitara poder quitar la mirada.

La chica en los cielos también se dio cuenta de que Yun Lao la estaba mirando, cuando lentamente abrió sus ojos dorados. Cuando vio a Yun Lao en el suelo su semblante previamente pacifico se convirtió rápidamente en uno de frialdad absoluta. Como lentamente empezó a descender.
Al ser mirado de esa forma, Yun Lao sintió como si hubiera cometido un crimen irreconciliable pero claramente no tenia ningún recuerdo de haberse topado con esta joven alguna vez. ¿Capaz en el momento en el que se había vuelto loco había hecho algo?, cuando ese pensamiento llego a su mente todo el cuerpo de Yun Lao se tiño de un sudor frio.

De la misma forma cuando el pie de la chica toco el suelo de la cueva, una fuerte onda de poder salio de ahí, impactando en el pecho de Yun Lao mandándolo a volar cientos de metros.
Yun Lao escupió grandes bocanadas de sangre mientras su cuerpo rodaba por el suelo, claramente su estado actual era igual al de un perro callejero, era bastante lamentable.

De la misma forma, la chica de cabellos rubios tampoco se quedo quieta, en solo un instante apareció al lado de Yun Lao, mientras su pie aterrizo en el pecho de él. En ese instante Yun Lao sintió como si su cuerpo fuera golpeado por un martillo gigante, podía sentir como claramente varios de sus huesos se habían roto y sus órganos internos habían cambiado un poco de lugar. No tenia ninguna fuerza para resistirse a esta chica, ella era simplemente demasiado fuerte!

Después de observar al lamentable Yun Lao por un rato, la voz fría que no parecía salir de una chica tan hermosa y con una apariencia brillante como la de ella, impregno el lugar. “ mas te vale que estés preparado, en este momento te nombro mi discípulo y no, no puedes negarte, sufrirás torturas que te harán pesar en la muerte como un dulce sueño, todos los días te hare realizar un entrenamiento que te llevara al punto de destruir tus limites”

La mente de Yun Lao se puso en blanco absoluto y no era por las palabras despeadas que esta chica estaba diciendo, ni siquiera por que lo estaba obligando a algo irrazonable, ¡si no por que claramente reconocía esta voz! Era ni mas ni menos que la voz de la Espada Sagrada de la Luz Absoluta…eso claramente era un posibilidad impensable pero como si hubiera leído los pensamientos de Yun Lao, la chica sonrió diciendo dulcemente “Exacto, si soy yo…” y después giro su cuerpo dejando libre a Yun Lao, sin preocuparse por darle una segunda mirada a él.