El Protagonista Oculta Su Fuerza - Volume 1 - MCHS - Capítulo 97
Capítulo 97 – Enfrentamiento Solitario
“¿Por qué esta mujer apareció en un lugar como este?”
Sungchul no lo dejo ver, pero estaba bastante sorprendido. Sujin Lee, La Regresora. Tuvieron una reunión única durante su estancia en el Palacio de Convocatoria, pero él sintió que ella era una mujer muerta en vida, ya que ése era el destino que esperaba a todos los Regresores. Sin embargo, La Sujin que conoció ahora estaba sana y rebosante de vitalidad. El atuendo que llevaba no era algo harapiento para plebeyos, sino un buen equipo para aventureros.
–No has cambiado nada, ¿verdad?
Sujin río con su mirada mientras hablaba. Parecía como si estuviera encantada de haber reconocido a Sungchul.
–… ¿Qué pasó?
Sungchul miró rápidamente a su alrededor antes de hacer la pregunta. Era especialmente cuidadoso con los enanos, ya que el nombre Sungchul era considerado un tabú entre ellos.
–¿Qué quieres decir?
–… movamos de lugar.
Sungchul arrastró a Sujin con una expresión inocente en su cara hacia un extremo de las barracas. Al final del campamento, una vasta extensión de tierra baldía se podía ver más allá de ella, donde pasaba un gigantesco remanso de plantas herbáceas. En este lugar con poca presencia humana, Sungchul preguntó brevemente a Sujin cortésmente sobre sus días después de su partida. Sujin contestó en voz baja tras dejar de lado su cálida sonrisa.
–Me uní al Gremio de Asesinos.
–¿El Gremio del Asesino…?
Los inexplicablemente vacíos ojos de su antiguo compañero, Shamal Rajput, llegaron a su mente.
–¿Cómo entraste en el Gremio de Asesinos? Esos tipos no habrían dejado en paz a una regresora.
–Tengo mis métodos, pero parece que ya sabes cómo se tratan a los regresores.
Sujin replicó con expresión traviesa en su cara.
“…”
–Estaba bromeando. De todos modos, ¿cómo van las cosas por tu lado? ¿Cómo acabaste en este agujero infernal?
Sujin rápidamente cambió de tema. Sungchul presionó firmemente a Bertelgia para calmarla antes de responder en voz tranquila.
–Estoy aquí para participar en la batalla que tiene en juego el destino del mundo.
Otra sonrisa apareció en los labios de Sujin.
–Como esperaba que vinieras a salvar el mundo. Es ciertamente apropiado para el que comparte nombres con el que no debe ser nombrado.
–Y lo que es más importante, ¿por qué estás aquí? ¿Te envió el Gremio de Asesinos para unirte a esta pelea?
–Quién sabe.
–Este campo de batalla debe ser demasiado para un convocado que ni siquiera ha estado aquí por un año, ¿no?
–No estoy aquí estrictamente para luchar. Sería más apropiado decir que estoy aquí para probar mi suerte.
Sujin suspiró mientras miraba al espacio.
–¿Poner a prueba tu suerte?
–Eso es correcto. Me están probando si el futuro que he visto es correcto o no. Resulta que ser Regresora no es todo abrazos y besos.
–Por supuesto. Son seres que desestabilizan la línea de tiempo. Deben pagar el costo.
El futuro no está predeterminado. Los pequeños detalles que los regresores habían visto estaban destinados a ser alterados. El problema era que los resultados eran a menudo contrarios a lo que los regresores esperaban.
Cuando se descubría su existencia, los regresores caen en un estado donde no pueden impactar al mundo de manera significativa. Por supuesto, nadie sabía nada de los Regresores que vinieron antes de que la Regresión se hiciese ampliamente conocida. Sungchul tuvo una mala impresión hacia los regresores, y no confiaba en los futuros que habían visto. Por estas razones, Sungchul no preguntó nada sobre el futuro.
Sujin, que notó su desinterés, se acercó un poco más a la pregunta.
–¿No tienes curiosidad? ¿No quieres saber qué futuro estoy aquí para probar?
–No particularmente.
–Trata de adivinar.
Fue en este momento que Bertelgia lanzó otra lucha poderosa. Sungchul la tranquilizó una vez más antes de abrir la boca con sus ojos enfocados en Sujin.
–¿Estás prediciendo los resultados de la batalla que se avecina?
Sujin agitó la cabeza.
–Boo-Boo-boo–
–Qué extraño efecto sonoro.
–A pesar de lo extraño que era el sonido, sigues equivocado.
–Entonces, ¿qué estás probando aquí?
Sujin respiró hondo y miró a lo lejos en respuesta a la pregunta de Sungchul. Sus ojos, llenos de alegría, estaban ahora llenos de oscuras nubes de preocupación. Dejó pasar un breve momento antes de hablar en voz baja seguido de un suspiro.
–Él aparecerá aquí.
Las pupilas de Sungchul se volvieron hacia Sujin, y ella continuó con voz firme.
–El enemigo del mundo. Ese es el futuro que yo había visto, y el futuro que pronto sucederá.
Sujin lo dejó así. Ella había dicho que Sungchul se convertiría en la mismísima Calamidad que acaba destruyendo el mundo. Sungchul había ignorado ligeramente sus palabras y se había olvidado por completo de ellas, pero Sujin estaba probando una vez más su determinación en su segunda reunión. No estaba claro si ésta era su intención, pero Sungchul no podía evitar sentirse indescriptiblemente incómodo. Un incómodo silencio continuó.
“…”
Cuando Sungchul se quedó en silencio, Sujin sonrió incómoda antes de hablar vagamente.
–Bueno… si esto no sucede, seré engañada y eliminada por el Gremio de Asesinos. Estoy siendo observada como consecuencia.
Sujin miró tras de sí con una fugaz mirada. Sungchul podía sentir su presencia también. Era una tenue presencia que había permanecido en un solo lugar desde hacía tiempo. Podía sentir esa presencia caminando hacia ellos ahora. Era una presencia inoportuna de una persona familiar que se acercaba a él. Su cara estaba completamente cubierta con un turbante oscuro, pero nada podía ocultarse a los ojos de Sungchul.
–¿Es ese asesino que conocí en Airfruit?
Fue el último superviviente de la Familia de Asesinos de Almeira que había luchado contra Sungchul durante la batalla de Airfruit; Kaz Almeira.
El joven que Sungchul había creído que había sido partido por la mitad llevaba puesto un manto distinto que cubría todo su brazo desde el hombro.
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