El Mundo de Dios y el Diablo - Volume 8 - GDW – Capítulo 766

Capítulo 766: ¡Ciudad Santa!

Dentro de la Torre Blanca, en un patio magnífico y de aspecto sagrado, había dos asientos blancos colocados uno al lado del otro, donde estaban sentados un joven y una joven. Su aspecto era excepcional y desprendían un aura aterradora.

Estos dos jóvenes eran los Señores supremos de toda la Raza de los Santos, por encima de millones de personas, y ambos poseían la fuerza de un Guerrero Divino de Tipo 5.

Estas formas de vida que evolucionaron a partir de los zombis hace miles de años podían vivir mucho tiempo sin dar la menor muestra de los años que habían pasado. La mayoría de ellos eran supervivientes de la gran guerra entre humanos y zombis.

Un joven rubio y guapo vio a otro hombre de pelo negro y piel ligeramente amarilla y lo saludó: “¡Hola! Gu Mu, ¿dónde has estado todo este tiempo? ¡Hace siglos que no tengo la oportunidad de ir a una partida de caza contigo!”.

El hombre de pelo negro tenía el cabello trenzado y un vaso de sangre fresca virgen en las manos, mientras reía: “Ventus, siempre cazas a esas niñas débiles, eso no es nada divertido. Ahora estoy cazando mercenarios humanos. Tienen mucha experiencia en batalla y es muy difícil matarlos. Eso sí que es una cacería emocionante”.

Estos zombis evolucionados eran extremadamente brutales y sanguinarios por naturaleza, la matanza y el combate estaban en su sangre.

Incluso Yin Shuang bajo el mando de Yue Zhong tenía una existencia similar, insensible a la matanza y propensa a arrebatos violentos. Si no fuera por el control de Yue Zhong sobre ella, esta chica del útero infectado de mutantes habría sido una de las máquinas de matar más mortíferas de la Tierra.

Para estos miembros del Clan de los Santos, los humanos eran equivalentes a cerdos y perros. Esta era una percepción común. Para ellos, matar humanos no suponía ninguna diferencia con matar pollos y ganado.

“¡Perversos enfermos!”

Justo cuando Ventus y Gu Mu estaban discutiendo, sonó la fría voz de una mujer.

Gu Mu se volvió hacia la voz, y vio a una belleza pelirroja vestida con uniforme de combate que los miraba con frialdad.

Los ojos de Gu Mu se iluminaron mientras se reía: “¡Así que eres tú, Winnie! ¿Cómo ha ido tu caza de las bestias mutantes de tipo 5? ¿Cuándo podemos ir a cazarlas juntos?”.

Winnie era una guerrera divina de tipo 5 en plena etapa, y junto con su extremadamente buen aspecto, era la diosa de muchos miembros del Clan Santo. Incluso entre los demás expertos, había muchos que la perseguían, y Gu Mu era uno de ellos.

Después de todo, Winnie estaba al mismo nivel que los 4 Reyes Santos del Clan Santo. Era una de las que tenía mayor potencial para pasar a la siguiente etapa, alcanzando el aterrador nivel de Guerrera Divina Tipo 6. Si no fuera por su actitud hacia los humanos, hace tiempo que le habrían concedido el título de 5.º Rey Santo.

“¡No hace falta! No me interesa formar equipo con pervertidos”. Ella lo rechazó con frialdad, antes de mirar directamente a Ventus: “Sé que estás reuniendo a jóvenes humanas para una partida de caza, ¡entrégamelas!”.

La expresión de Ventus se volvió furiosa mientras sorbía sangre, replicando con frialdad: “¿Basándote en qué? Winnie, eres de mi mismo rango, no un Rey Santo, ni el gran Emperador o Emperatriz Santo, ¿por qué coño debería entregarte a esas chicas? Son de mi propiedad privada”.

La mirada de Winnie se volvió increíblemente peligrosa, mientras amenazaba: “¡Basándome en el hecho de que mi puño es más grande que el tuyo! Si no me las entregas, te desafiaré constantemente”.

Había un desafío de combate dentro del Clan Santo, cualquier experto del mismo nivel podía lanzar un desafío, sin posibilidad de echarse atrás. Si la persona desafiada lo rechazaba, sería menospreciada.

Si Ventus fuera desafiado constantemente por Winnie, y si no aceptaba, su posición entre el resto del escalón superior se hundiría. Sin embargo, si aceptaba, probablemente sería golpeado y apaleado. En cualquier caso, sería una pérdida de prestigio para él. En comparación, esas chicas humanas no valían mucho.

Al oír su amenaza, el semblante de Ventus se puso verde mientras respondía con frialdad: “¡Winnie, por esos humildes humanos, ¿de verdad vas a ir en mi contra?”.

Winnie continuó con fuerza: “¡Así es!”.

Gu Mu sonrió mientras intentaba mediar: “¡Olvídalo! Ventus, déjame comprarte esas chicas por 100 cuernos de cristal Tipo 3, ¿qué te parece?”.

La expresión de Ventus mejoró ligeramente cuando escuchó eso: “¡Bien!”.

Gu Mu se rió entre dientes: “Winnie, ya que te gustan tanto, deja que te regale a esas chicas humanas. No te metas con Ventus, después de todo, somos de la misma raza y somos supervivientes de esa Guerra Sagrada de hace tantos años, no vale la pena pelearse por estos humanos”.

Winnie respondió con indiferencia y una cara impasible: “Mm”.

El Clan de los Santos eran formas de vida evolucionadas a partir de zombis, después de todo, y muchos de ellos tenían la costumbre de comer humanos. Winnie lo sabía. Aunque lo odiaba, no podía cambiar la naturaleza de todos. Sin embargo, odiaba verlos discutirlo tan descaradamente delante de ella y despreciaba la naturaleza misma de la actividad del grupo de caza.

Winnie seguía siendo una forma de vida descendiente de los zombis, y su personalidad era brutal y sanguinaria. Sin embargo, lo que más le gustaba era cazar a sus enemigos, poderosos mutantes y bestias mutantes, no masacrar a los débiles solo por diversión. Su existencia entre el Clan de los Santos era un caso especial. Era similar a ser vegano entre otros humanos.

Mientras los muchos escalones superiores continuaban con su propia discusión, todos se calmaron de repente.

Cuatro expertos del Clan de los Santos se abalanzaron, con sus capas plateadas ondeando al viento, y se sentaron en los cuatro asientos dorados ligeramente más altos que todos los demás en la sala.