El Dios de las Pildoras Mas Fuerte - Volume 4 - SDG - Capítulo 318

Capítulo 318 ¡Aprovechar al máximo el potencial humano!

Varios hombres se reunían en círculo, preparándose para un juramento de acción, cuando uno vestido de blanco intervino:

—Hermano Liang, acabo de recordar… ¿Y si Ye Zifeng, con su talento espiritual despertado, ya escuchó nuestros planes?

Aquel día en el Palacio Celestial, durante la observación de la Iluminación, Liang Dong y los demás habían presenciado personalmente las habilidades de Ye Zifeng.

Liang Dong se quedó paralizado un instante, luego estalló en carcajadas:
—¡Casi me asustas! Pero no hay problema. Su talento espiritual solo abarca un kilómetro. Su residencia está lejos de nuestras habitaciones. ¡Imposible que nos espíe! ¡Dejen de preocuparse por tonterías!

Los demás rieron aliviados:
—¡Como siempre, Hermano Liang ve claro el asunto!

…

Una neblina espiritual, similar a un dragón serpenteante, se coló de vuelta en la mente de Ye Zifeng.
¡Era la Sombra Espectral!

Ye Zifeng abrió lentamente los ojos y esbozó una sonrisa:
—¿Dice que quieren destruir mi alambique, Sombra? ¿Es cierto?

La Sombra respondió de inmediato:
—¿Crees que miento? Con nuestro pacto de sangre, anhelo que alcances niveles superiores, no que fracases.

—Entiendo —asintió Ye Zifeng con calma.

La Sombra rió entre dientes:
—Eres astuto. En vez de usar tu talento espiritual, me enviaste a espiar. Ninguno de ellos lo anticipó.

—Si lo hubieran hecho —respondió Ye Zifeng—, su nivel marcial no sería tan bajo. Apuesto a que ninguno supera el segundo nivel de discípulo marcial.

La Sombra reflexionó un momento y asintió:
—Acertaste. Son cinco: cuatro en primer nivel, y ese Liang Dong en segundo.

—Entonces no hay de qué preocuparse.

—¡El problema es que tú también estás en primer nivel! —refunfuñó la Sombra—. Además, su objetivo es sabotear, no pelear. ¿Cómo prevendrás eso?

—No lucharé solo. El Anciano Zhao me respalda.

—¿Qué planeas? —preguntó la Sombra, intrigada.

…

—¿Qué? ¿Vivirás aquí? —Xing Hui casi se desencajó la mandíbula.

—El Anciano Zhao accedió tácitamente —dijo Ye Zifeng con una sonrisa tranquilizadora.

—No, no, te creo… —murmuró Xing Hui, resignado.

Qing Xuan se rió suavemente:
—¡Perfecto! Ya dije antes que debías compartir cuarto con Xing Hui. Ahora nos veremos a cada rato.

Ye Zifeng los miró con intensidad:
—En realidad, necesito un favor de ambos.

Xing Hui frunció el ceño:
—¿Sobre las Píldoras de Cultivo? Lo escuché, pero no sabemos de alquimia…

—Yo me encargaré de elaborarlas —interrumpió Ye Zifeng—. Necesito que protejan el alambique.