Contra los Dioses - Volume 7 - ATG - Capítulo 791

Capítulo 791 – Sueño Vago

¿Dónde está este lugar?

Yun Che sólo podía ver un mundo completamente blanco delante de él.

“Esposo…” La voz de Cang Yue se deslizó en su oído. Ella apareció ante él vestida con su túnica de ave fénix, esa expresión suave y gentil que sólo mostraría delante de él, exhibida en su rostro bello y delicado, “Tienes que cuidar de ti mismo, siempre te estaré esperando en la Ciudad Imperial… Esperaré hasta el día en que hayas cumplido todos tus deseos, luego te acompañaré donde quieras. No necesito nada más que a ti.”

“Hermana Mayor Xuerou… Yue’er…” Yun Che hizo todo lo posible para estirar su mano y agarrar su suave hombro, “No te preocupes, no te dejaré esperar demasiado tiempo. En esta vida, ya te he hecho mucho mal. Pero definitivamente… nunca te abandonaré.”

Pero su mano sólo pasó por una ilusión.

“Pequeño Che, ¿estás herido de nuevo?”

Esta vez, fue la dulce y suave voz de Xiao Lingxi que resonó en sus oídos: “No fue fácil para nosotros reunirnos, así que nada debe pasarte nunca. Si no, realmente no sé cómo se supone que deba seguir viviendo. Pequeño Che… uuu… “

“Pequeña tía, no te preocupes, estaré bien… Después de que me vaya de este lugar, me dirigiré de inmediato a la Ciudad Nube Flotante.”

“¿Y qué hay de mí entonces? ¿Cuándo volverás a verme?”

Una voz llena de ira resonó detrás de él. Se volvió y vio a la Pequeña Emperatriz Demonio. Puede que sea pequeña y delicada, pero el aterrador poder que liberó de su cuerpo estaba justo al lado de él. “Dijiste que volverías pronto, pero ahora te has ido medio año y ni siquiera me has enviado un solo mensaje ¿¡Estás cansado de vivir!? ¡¿Tu corazón ya no me recuerda?!”

Yun Che respondió con una voz angustiada y aterrada: “Caiyi, ¿cómo sería posible que te olvidara? Desde que dejé el Reino del Demonio Ilusorio, he pensado en ti todos los días. Es que demasiadas cosas inesperadas ocurrieron mientras yo estaba aquí. Una vez que haya resuelto todo en este lado, volveré tan rápido como pueda y traeré a mucha gente conmigo también. “

Las figuras de Yun Qinghong y Mu Yurou aparecieron detrás de la Pequeña Emperatriz Demonio. Una débil sonrisa apareció en el rostro tranquilo de Yun Qinghong, era como si siempre estuviera tan relajado y sereno, “Che’er, eres un verdadero hombre, lo único de lo que tu padre está más orgulloso de su vida. Usted también es el orgullo de la Familia Yun. Sigue adelante hijo. No seas demasiado pesado por las preocupaciones y restricciones, haz lo que consideres que es correcto. ¡Ve a hacer lo que tengas que hacer!”

“¡No, no escuches las palabras de tu padre!” Mu Yurou dijo mientras las lágrimas bailaban en sus ojos, “Che’er, date prisa y vuelve a casa. Madre ha estado anhelando tu presencia día y noche… Madre no te está pidiendo que logres grandes cosas. No me importa si eres ordinario toda tu vida. Sólo quiero que siempre estés sano y salvo, sin tener que sufrir o preocuparte…”

“Padre, Madre…” Yun Che les gritó suavemente a ellos mientras estiraba. Pero no pudo alcanzarlos a tiempo, ya que sus figuras ya habían desaparecido en el aire.

“Yun Che, me fui a un lugar muy lejano, y tal vez, nunca nos volveremos a encontrar en esta vida. Tienes que cuidar de ti mismo.”

Esa voz era gentil y suave, pero sonaba casi sin emoción. La cabeza de Yun Che se elevó bruscamente al ver a Xia Qingyue vestida de azul de pie en lo alto de las nubes. Su figura era brumosa y encantadora como si fuera un hada que había descendido del cielo. Sus hermosos ojos echaron una ojeada a Yun Che, antes de darse la vuelta para marcharse, flotando lejos con las nubes.

“Qingyue! ¿Dónde estás?… ¡No te vayas! ¡Dime dónde estás ahora mismo!”

Pero no importaba lo difícil que la llamara, Xia Qingyue desapareció lentamente en la distancia antes de desaparecer completamente de su mundo.

“¡Heh, cuñado, aunque no sabemos dónde fue Hermana Mayor, me eh vuelto soy muy poderoso! ¡Soy aún más fuerte que ella ahora!”

Xia Yuanba apareció frente a él mientras golpeaba sus dos puños de hierro juntos, “Antes, fue mi cuñado quien me siguió protegiendo. ¡Pero a partir de ahora, yo protegeré a mi cuñado! Si alguien se atreve a intimidar a cuñado, aunque no pueda vencer a ese tipo, ¡seguiré poniendo mi vida en la línea y peleando!”

“Así que el cuñado, definitivamente no debe meterse en ningún problema antes de encontrar a la Hermana Mayor… ¡Pah! Lo que quiero decir es que espero que el cuñado y la hermana estarán siempre bien y que los dos nunca correrán más peligro.”

“Yuanba…”

“Hermano mayor Yun, te estoy suplicando… Por favor, vuelve sano y salvo. Xue’er estará esperando aquí por ti. Si no vuelves por diez años, Xue’er estará esperando aquí por diez años… Si nunca vuelves, entonces Xue’er se quedará aquí para darte compañía por toda la eternidad… “

Feng Xue’er se arrodilló en su sitio, sus manos juntas, sus ojos brillaban con lágrimas. Sus labios de cereza pronunciaban una suave oración, mientras un aura de conmovedora irradiaba de ella.

Yun Che se apresuró hacia donde estaba, “Xue’er, nada me pasó. Ahora estoy bien, y saldré pronto, así podrás volver a verme. ¡Xue’er… Xue’er!”

Pero Feng Xue’er no podía oír su voz. No importaba lo fuerte que gritase, todavía se arrodillaba en oración llorosa, su melancolía y pena eran ilimitadas.

“Yun Che, antes de que me diera cuenta, ya hemos estado separados por tantos años… Te estoy esperando en un refugio seguro y hasta te he dado una adorable hija. Entonces, ¿Por qué no nos has encontrado todavía…?”

En los extremos de su visión parecía ver una figura nevada. A pesar de que era sólo su espalda, todavía se mantuvo tan hermosa como en un sueño como siempre. El corazón de Yun Che estaba tan agitado que perdió todo control mientras intentaba desesperadamente acercarse. Él gritó en con la parte superior de sus pulmones, “¡Pequeña Hada! ¿Es usted…? ¿Dónde estás ahora? ¡Dime rápidamente donde estas! ¡¡Contéstame por favor!!”

Antes de que pudiera esperar una respuesta, su visión se nubló ligeramente, después de lo cual, esa figura había desaparecido completamente también.

Pero delante de él aparecieron dos figuras al mismo tiempo. Cuando Yun Che las vio, simplemente se quedó en su lugar, mientras tartamudeaba una respuesta, “Ling… er…”

A la izquierda estaba Su Ling’er. Era delgada y elegante, toda vestida de seda blanca. Su expresión era melancólica y entre sus cejas había una tristeza eterna. A la derecha estaba Su Ling’er una vez más, pero éste era la joven Ling’er. Tenía diez años de edad, sus rasgos delicados brotaban lentamente en una maravillosa madurez.