Contra los Dioses - Volume 7 - ATG - Capítulo 790
Capítulo 790 – Mi jazmín (3)
La imagen del Dios Dragón se había vuelto increíblemente débil y parecía que desaparecería en cualquier momento. En este instante, las pupilas de Yun Che brillaron con la luz del fuego cuando un grito de fénix resonó en la habitación y la imagen de un fénix se unió detrás de su espalda…
Después de lanzar la Alma del Dragón, él lanzó la Alma del Fénix sin guardar nada. La débil Alma del Dragón y la recientemente encendida Alma del Fénix combinaron fuerzas para debilitar ligeramente el poder de robo del alma de la Flor de Udumbara del Inframundo. Yun Che lanzó un rugido mientras avanzaba. Durante esa explosión de velocidad, cubrió otros tres metros.
¡Ahora estaba a sólo veinte metros de distancia de la Flor de Udumbara del Inframundo!
“¿Qué… qué prueba tienes de que no lo haré?” La voz tensa de Jazmín demostró que estaba perdiendo el control sobre sus emociones. Ella inhaló profundamente mientras se obligaba a mantener la calma y sosegada, “Está bien… bien… ¡¿Podría ser que sólo estarás contento por haberme arrastrado a la tumba contigo una vez que haya sido torturado hasta la muerte por el dolor de tener tu alma siendo robada?! ¡Si no te apuras y regresas a un lugar seguro, también me condenarás! ¡Yo soporté tantos años de ese veneno diabólico y no fue fácil para mí llegar a este punto! Así que si tu estupidez hoy acaba causando mi muerte… Nunca te perdonaré, ¡¡Ni siquiera en nuestras próximas vidas!!”
Mientras las llamas ardían, el grito del Alma de Fénix comenzó a debilitarse. Yun Che estaba ahora a sólo dieciocho metros de la Flor del Udumbara del Inframundo… Incluso Jazmín era incapaz de creer que Yun Che pudiera soportar esta asombrosa capacidad de robar el alma y el dolor de tener su alma separada y acercarse a la Flor de Udumbara del Inframundo. Sus miserables gritos de dolor se habían vuelto tan roncos que casi ni siquiera parecían humanos. Sus acciones eran tan débiles que parecía un anciano que estaba a la puerta de la muerte. Pero sus brazos y su cuerpo seguían lentamente arrastrándose pulgadas a pulgada…
Si el Demonio Soberano de la Matanza Lunar aun viviera, tal vez incluso él no sería capaz de creer la escena que estaba presenciando.
“Jazmín…” Yun Che murmuró en una voz tan baja que ni siquiera él podía oírse claramente, “Créeme… definitivamente puedo… hacerlo…”
“Tú eres incluso… más joven que yo… Sin embargo, desde una edad tan joven… sólo podías… confiar en una persona… para vivir… sé que tan… doloroso… y triste… es ese tipo de vida…”
“A pesar de que eres… altanera… terca… de mal genio… y te encanta regañarme… nunca me has permitido… que tenga piedad de ti… pero… sé que… deseas la libertad… más que cualquier otra cosa…”
“Si… perdemos esta oportunidad… no sé… cuántos años más tendremos que… yo… definitivamente… no…”
“¡¡¡AAHHHH!!!”
Sin embargo, otro grito resonante atravesó el aire, la imagen del tercer Espíritu Divino apareció detrás de Yun Che. El Alma del Cuervo Dorado también fue encendida por Yun Che, que estaba liberando toda su energía del alma sin ninguna reserva.
Esta explosión de energía del alma permitió que el ahora despejado Yun Che avanzara una y otra vez.
Cuando volvió a caer al suelo, estaba a sólo quince metros de la Flor de Udumbara del Inframundo.
Pero estos cortos quince metros eran la división más amplia y aterradora de todo el Continente Cielo Profundo.
En este punto, cualquier persona que no había experimentado personalmente lo mismo nunca sería capaz de imaginar lo que Yun Che estaba soportando actualmente.
Alma del Dios Dragón, Alma del Fénix, Alma del Cuervo Dorado… Las tres imágenes de aquellos Espíritus Divinos irradiaban luz. Era solo que las imágenes del Fénix y del Dios Dragón ya se habían vuelto extremadamente delgadas y débiles, pero Yun Che todavía se aferraba desesperadamente a los últimos hilos de la energía del alma. Si no tuviera la protección de estas tres almas de los Grandes Espíritus Divinos, su alma habría sido destrozada en innumerables fragmentos.
Quince metros de distancia. Esta era una distancia que Jazmín apenas podía creer. Pero sabía lo desesperanzado que sería tratar de cruzar estos últimos quince metros. Incluso si Yun Che estuviera en su apogeo, no sería capaz de cruzar este último tramo… Además, el poder del alma del Espíritu Divino en el que confiaba se había vuelto extremadamente débil.
Pero Yun Che seguía usando sus brazos para arrastrar todo su cuerpo hacia la Flor de Udumbara del Inframundo a paso de caracol… Jazmín estaba observando de cerca a Yun Che, pero no pudo averiguar qué tipo de poder estaba usando el actual Yun Che para seguir arrastrándose hacia adelante.
“¿Qué… hará que te rindas?” La voz de Jazmín temblaba tanto que apenas era reconocible. Ella volteo la cabeza y cerró los ojos… Dada su naturaleza, ya no se atrevía a mirar la apariencia actual de Yun Che, “Por ultimo… ¡Lo diré por última vez! Aléjate de aquí… ¡Inmediatamente! ¡Esto es una orden! Yo soy tu maestro… y sabes muy bien que uno siempre debe obedecer a su maestro. ¿Me estás diciendo que vas a rebelarte contra las órdenes de tu maestro?”
El brazo de Yun Che estaba espasmódico, pero su cuerpo avanzó otra vez. Todo su cuerpo se retorcía y se sacudía espasmódicamente, como si fuera un insecto moribundo retorciéndose por última vez en su vida… Detrás de él, las imágenes del Dios Dragón y el Fénix habían desaparecido por completo y sólo la débil luz de la imagen del Cuervo Dorado seguía parpadeando.
“La orden de un maestro no se puede desobedecida…” Los ojos de Yun Che seguían abiertos mientras su boca manchada de sangre susurraba esas palabras, “Pero en mi corazón… no eres simplemente… mi maestro…”
“¡¡¡¡Tú también eres… mi… jazmín!!!!”
“…” El cuerpo de Jazmín tembló. Su corazón se había vuelto completamente confuso, como si algo hubiera estallado en lo más profundo de su alma.
“¡UUWAAAAAAH!”
La imagen del Cuervo Dorado también había desaparecido por completo. En el momento en que las tres imágenes de los Espíritus Divinos desaparecieron por completo, el cuerpo de Yun Che fue iluminado de repente por las llamas y bajo la luz del fuego, también se podía ver una luz profunda escarlata…
Las tres gotas de sangre del Origen del Fénix y las nueve gotas de sangre del Cuervo Dorado fueron encendidas por él en ese instante.
¡Esta fue la segunda vez que había encendido su sangre de origen Divino desde el duelo que tuvo con Xia Qingyue hace tantos años! La diferencia era que había sacado la sangre de origen de su cuerpo para encenderla la primera vez, pero esta vez, la había encendido mientras la sangre del origen todavía se encontraba en su cuerpo.
Al mismo tiempo, también con determinación abrió la cuarta puerta del Dios Maligno que le hizo perder la mitad de su vida en esas dos cortas respiraciones de tiempo.
“¡¡Retumbando… los Cielos!!”
Madara Info
Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress
For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com