Cambio de Joya Celestial - Volume 2 - HJC - Capítulo 26-1

Capítulo 26 – Si te suelto, ¡Ya no tendré esposa! (1)

Zhou Weiqing, naturalmente, no sabía que su padre todavía estaba riendo maníacamente a sí mismo detrás de él. Escapando de una paliza esta vez, ya estaba muy satisfecho. Sin demora, se apresuró a regresar a su tienda; él no tenía mucho que hacer, no tenia maletas de todos modos, y así saltó a la cama para tener un buen sueño.

Justo en este momento, oyó una voz casi fantasmal desde fuera: “Pequeño gordito Zhou, ¿Volviste?”

Zhou Weiqing tuvo un susto y rápidamente saltó de su cama: “¿Quién está ahí? Es tarde en la noche, ¡No me asustes!”

Cuando la colcha de la tienda se levantó, Shangguan Bing’er entró, vestida con un traje de algodón. Su expresión parecía muy pacífica, sin la habitual máscara de frío que llevaba, pero sin saber por qué, La Shangguan Bing’er de hoy causó que Zhou Weiqing tuviese una sensación muy incómoda en su corazón. “¿Bing’er? ¿Qué pasa?” Preguntó Zhou Weiqing con temor.

Shangguan Bing’er se detuvo a unos dos metros de distancia y dijo pasivamente: “No eres Pequeo gordito Zhou, sin embargo eres Zhou Weiqing ¿Correcto? Usted es el único hijo del Almirante Zhou.”

En ese momento, Zhou Weiqing ya no podía esconder la verdad, diciendo en vergüenza: “Sí, pero mi apodo de niño era realmente Pequeño gordito Zhou.”

Shangguan Bing’er asintió suavemente con la cabeza y dijo: “Bien, muy bien. Debería haberlo sabido antes, no es de extrañar que estuvieras tan familiarizado con Xiao Se. Qué tonto de mí… Pequeño gordito Zhou… Zhou Weiqing… Mi mamá siempre dijo, los peores hombres del mundo son los que te mienten. Eres muy bueno, muy bueno.” Después de decir eso se dio la vuelta y empezó a caminar.

Zhou Weiqing estaba a punto de perseguirla, pero de repente se dio la vuelta y sacó su espada, diciendo un “¡No me sigas, o te mataré!” Después de decir eso, se dio la vuelta y salió otra vez, de una manera muy resuelta.

Mirando fijamente con asombro al cerrarse ante él, Zhou Weiqing se sentía a punto de llorar, pero no lágrimas llegaron. ¿Cómo pudiste culparme por eso? Si te hubiera dicho quién era antes, ¿Me habrías permitido quedarme en el campamento militar?

Justo en ese momento, hubo un fuerte * Swish *, y la tapa de la tienda se abrió una vez más. Justo cuando Zhou Weiqing estaba encantado de que Shangguan Bing’er hubiese cambiado de opinión y regresara, vio que era su padre.

“Pequeño mocoso, olvidé preguntarte algo ahora mismo. Ya que estás junto con Bing’er ahora, ¿Qué pasa con la princesa?”

Zhou Weiqing dijo con incertidumbre: “¿Princesa Difuya? ¿No le pedí que terminara el matrimonio?”

“El Almirante Zhou dio un fuerte Hump: “¿Terminar el matrimonio? No me lo digas, ve a decirle a tu padrino. Si tienes la capacidad de persuadirlo, tu padre, yo, estaré encantado de complacerlo.”

Habiendo dicho eso, el Almirante Zhou se volteó para irse, pero justo cuando levantó la colgadura de la tienda, se detuvo y dijo con la espalda a Zhou Weiqing: “Un hombre debe perseguir 2, pero asegúrese de 1, ¡Antes de ir por 4,5,6,7! Nuestra familia de Zhou tiene muy pocos miembros, y no importa cuántas esposas usted traiga a casa, nuestra casa puede apoyarlos. Maldita sea, pequeño mocosa, ni siquiera tienes 14 años y ya lo has hecho. Cuando Tu Padre, yo, tenía 14… Yo…. Ejem. Mañana tienes que apurarte y perderte. De todos modos, he aquí un regalo de cumpleaños.”

Con eso, un objeto negro voló delante de Zhou Weiqing, y cuando lo había capturado, el Almirante Zhou ya había desaparecido.

El objeto negro era muy ligero y suave al tacto, y como Zhou Weiqing lo acercó a la luz de la lámpara para mirar, se dio cuenta de que era un chaleco sin mangas negro ajustado, muy suave como la seda, pero su superficie negra tenía un tenue resplandor plateado.

Todavía recuerda mi cumpleaños… Zhou Weiqing de repente sintió que sus ojos crecían húmedos, y tenía el impulso de perseguirlo. Al final, no lo hizo. Papá, gracias. Definitivamente te haré sentir orgulloso en el futuro, para que puedas ser conocido como el padre de Zhou Weiqing, y no como el hijo del Almirante Zhou.

“Hmm, ah sí, tengo que decir adiós a la hermana mayor Ru Se también.”

…

Al amanecer

Shangguan Bing’er llevaba sus bolsas, una nube oscura sobre su cara mientras ella caminaba hacia fuera del campo del ejército. Tan pronto como salió del campamento, vio a un sonriente Zhou Weiqing con su mochila también, de pie allí fuera esperando. “¿Qué estás haciendo aquí?” Shangguan Bing’er se detuvo en seco, parecía muy inaccesible.